Respuesta de tres cultivares de berenjena (Solanum melogena L.) a diferentes combinaciones de fertilizante orgánico y fertilizante químico

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 


Revista Científica UDO Agrícola Volumen 9. Número 4. Año 2009. Páginas: 807-815

 

Respuesta de tres cultivares de berenjena (Solanum melogena L.) a diferentes combinaciones de fertilizante orgánico y fertilizante químico

 

Response of three eggplant (Solanum melogena L) cultivars to different organic fertilizer combinations and chemical fertilizer

 

Nelson José MONTAÑO MATA, José Alejandro SIMOSA MALLÉ y Antonio José PERDOMO GALLARDO

 

Universidad de Oriente. Escuela de Ingeniería Agronómica. Departamento de Agronomía. Maturín. 6201. estado Monagas. Venezuela. E-mail: nelmon@cantv.net     Autor para correspondencia

 

Recibido: 05/05/2009

Fin de primer arbitraje: 27/07/2009

Primera revisión recibida: 25/10/2009

Aceptado: 15/12/2009

 

RESUMEN

 

El experimento se realizó en un suelo franco arenoso, pH 5,1 y M.O: 1,03% en la localidad  la Hormiga, estado Monagas para evaluar el efecto de las combinaciones de humus y el fertilizante químico: 14-14-14/3 en las proporciones, 100-0, 75-25, 50-50, 25-75 y 0-100 respectivamente, en los cultivares Barbentane, Long Purple y Florida Wonder sobre el rendimiento de frutos. Se utilizó el diseño estadístico de bloques completo al azar en arreglo factorial (5x3) con 15 tratamientos y tres repeticiones. Las parcelas fueron tres surcos de seis metros de longitud separados a 1,00 m y la distancia entre plantas 0,40 m. El transplante se efectúo a los 45 días. Las combinaciones se aplicaron seis días después del transplante. Se realizaron diez cosechas, iniciándose 45 días después del transplante. Las diferencias entre las medias se determino a través de la prueba de rangos múltiples de Duncan (α = 0,05). Se concluye que el cv. Florida Wonder produjo el mayor rendimiento (62,62 t ha-1) y los frutos más anchos (11,22 cm). El cv. Barbentane presenta el mayor número de frutos por planta (12,56) en la dosis de 100% H + 0% Q. El cv. Long Purple produjo los frutos más largos en las dosis 0% H + 100% Q (23,36 cm) y 25% H + 75% Q (23,17 cm). Las dosis 100% H + 0% Q (64,89 t ha-1) y 75% H + 25% Q (61,40 t ha-1) produjeron los mejores rendimientos, número de frutos por plantas y ancho del fruto sin diferencias entre ellas. Para suelos, condiciones climáticas y cultivares como los del estudio, se sugiere aplicar e incorporar al suelo la combinación 100% H + 0% Q o 75% H + 25% Q, seis después del transplante y sin fertilización complementaria.

 

Palabras clave: Berenjena, cultivares, fertilización química, fertilización orgánica, producción.

 

ABSTRACT

 

The experiment one carries out in sandy loam soil, pH 5.1 and M.O: 1.03% in the town the Hormiga, Monagas state to evaluate the effect of the combinations of humus and chemical fertilizer: 14-14-14/3 at the proportions, 100-0, 75-25, 50-50, 25-75 and 0-100, respectively, in the cultivars Barbentane, Long Purple and Florida Wonder on the fruit yields. A (3x5) factorial experiment with 15 treatments in randomized complete block design was used with three replications. Plots were  three furrows of six meters long separated to 1.00 m ad in-row distance of 0.40. The plant transplant was made 45 days after flowering. The combinations were applied six days after transplant. Ten harvests were carried out, beginning 45 days after transplant. The differences among means were determined using Duncan’s multiple range test (α = 0.05). It was conclude that cv. Florida Wonder produced the greater yield (62.62 t ha-1) and the width fruits (11.22 cm). El cv. Barbentane presents the greater number of fruits by plant (12.56) in the dose 100 H% + % Q. The cv. Long Purple produced the long fruits (23.36 cm) at combination 0% H + 100% Q. The combinations 100% H + 0% Q (64.89 t ha-1) and 75% H + 25% Q (61.40 t ha-1) produced the best yields, number of fruits by plants and width of the fruit without differences among them, for the climate and soil conditions of the study. We suggest apply and incorporate  into soil the combination 100% H + 0% Q or 75% H + 25% Q, six days after the transplant and without complementary fertilization.

 

Key words: Eggplant, cultivars, chemical fertilization, organic fertilization, production.

 


INTRODUCCIÓN

 

La producción mundial de berenjena (Solanum melogena L.), conforme a datos de la FAO, que registra los correspondientes a 68 países, se ubica en las 34 millones de toneladas. Se estima que el total real superaría los 45 millones de toneladas, de contarse con los datos del total de los países productores. A pesar de ello, se destaca en la información disponible una importante evolución en los últimos 15 años, con un incremento del 165 %, pasando de 12,8 millones de toneladas en 1990 a 34 millones en 2005. Más del 80% de la producción se concentra entre China e India, siendo el primero de éstos el responsable de más del 53 % y 30 % el segundo (FAO, 2008). En Venezuela las hortalizas constituyen una fuente importante, para la dieta diaria de la población. Según estadística del Ministerio de agricultura y Tierra se cosecharon alrededor de 65.809 ha con una producción aproximada de 1.279.086 toneladas métricas. En el País se ha alcanzado una producción de 11.033 toneladas, distribuidas en 802 ha con un rendimiento promedio de 13.757 kg ha-1 (FEDEAGRO,  2009).

 

El incremento en la población mundial, asociado a una mayor demanda de alimentos, ha provocado un uso intensivo de los recursos naturales (Benzing, 2001). Esto ha producido impactos negativos en el ambiente y ha afectado la sostenibilidad de los sistemas productivos. La tendencia global del manejo de los sistemas productivos demanda conocimientos básicos de los recursos tales como el manejo de las enmiendas agrícolas aplicadas al suelo. Los abonos orgánicos incluyen  todo material de origen orgánico utilizado para la fertilización de cultivos o como mejoradores de suelos (Jeavons,  2002; Soto,  2003). Estos tienen su origen en residuos vegetales y animales, los que en su forma más simple pueden ser residuos de cosechas que quedan en los campos y se incorporan de forma espontánea o con las labores de cultivo y residuos de animales que quedan en el campo al permanecer los animales en pastizales (Paneque y Calaña,   2004). Incluye un grupo muy variado de mezclas tales como compost, lombricompost y desechos vegetales y animales utilizados en la agricultura.

 

La agricultura ha llegado a niveles muy altos de producción debido al empleo de grandes cantidades de insumos energéticos; en especial, los fertilizantes químicos. El uso de elevadas dosis de fertilizantes minerales, específicamente nitrogenados y fosfatados, causan daños graves al ambiente y  que los abonos orgánicos en cantidades normales, no contienen los nutrimentos suficientes para la obtención de cosechas rentables. Por tanto, una mejor opción, sería ir sustituyendo gradualmente el uso de químicos inorgánicos por abonos orgánicos, hasta lograr un equilibrio que permita cierta rentabilidad, sin disminución de los recursos naturales, es decir, procurar una agricultura más sostenible. La meta de una agricultura sostenible es la de mantener la producción a los niveles necesarios para cubrir las aspiraciones crecientes de una población en expansión sin dañar para ello el medio ambiente (FAO,  1991). Debido a los efectos contaminantes del uso indiscriminado de fertilizantes y a la creciente preocupación mundial por el cuidado del medio ambiente, es necesario buscar alternativas de fertilizantes que sean económica, social y ecológicamente aceptables (Wolf y Snyder,  2003). Una alternativa es la utilización de recursos como los abonos orgánicos, especialmente el humus de lombriz o vermicomposta que se constituye, por su contenido nutrimental, de materia orgánica (Compagnoni y Potzolu,  2001).

 

 Velasco et al. (2001) resalta la importancia de implementar técnicas de producción agrícola enfocadas al uso eficiente de los recursos que tiende hacia una agricultura sostenible. En este sentido, la aplicación de abonos orgánicos, son alternativas que pueden emplearse en la producción agrícola. Las prácticas de agricultura sostenible persiguen reducir los insumos químicos al suelo, manteniendo rendimientos rentables. Retornar residuos de cosechas o adicionar compost al suelo es una técnica para reducir los insumos químicos. Sin embargo, proporcionar compost en dosis de enmienda para satisfacer los requerimientos de N de los cultivos puede no ser práctico. El análisis del compost revela bajo poder fertilizante con contenidos de N y P cercanos al 1% de cada uno y una tasa de mineralización próxima al 10%. La mineralización de macronutrimentos en el compost es generalmente baja debido a que su relación C/N final es superior a 10 (Sikora, 1998). Las prácticas agronómicas de fertilización hacen referencia a todas aquellas técnicas que permiten mejorar la fertilidad de las tierras desde el punto de vista físico, químico y biológico (Berscht,  2003). Dentro de ellas, el abastecimiento de nutrimentos se realiza a través de fuentes minerales (fertilizantes sintéticos) y abonos orgánicos como los estiércoles, restos de cosecha, compost y vermicompost, entre otros. En las últimas décadas se ha retomado la importancia en el uso de las fuentes orgánicas debido al incremento de los costos de los fertilizantes químicos y al desequilibrio ambiental que estos ocasionan en los suelos y a la necesidad de preservar la materia orgánica en los sistemas agrícolas que es un aspecto fundamental relacionado a la sostenibilidad y productividad de dichos sistemas (Ramírez,  2005). La sustentación y la productividad hortícola están asociadas a la disponibilidad suficiente de materia orgánica por lo que se fomenta el uso del compost de lombrices, ya que aumentan la fertilidad del suelo sin contaminarlo, e incrementan la cantidad y calidad de los productos. (Castillo et al., 1999). En las actividades hortícolas el uso del compost de lombrices produce en las plantas mejoras importantes en su aspecto, sanidad y rendimiento (Ferruzzi,  1987).  

 

El mercado orgánico representa 10% del  sistema alimenticio en Austria, cerca de 8% en  Suiza y crece anualmente a tasas superiores a 20%, en los  Estados Unidos,  Francia  y  Japón, alcanzando valores entre 23 e 25 billones de dólares (FAO, 2003). En Brasil, la área sobre cultivo orgánico fue últimamente estimada cerca de 270.000 ha, con 1,1% ocupado por las hortalizas (Ormond et al., 2002), está estimado un mercado de 220 a 300 millones de dólares. Los abonos orgánicos son utilizados para mejorar y fertilizar los suelos agrícolas (Noriega,  1998; Jeavons, 2002; Cuesta, 2002; Paneque y Calaña, 2004). La calidad de las enmiendas orgánicas se determina a través de las propiedades físicas, químicas y biológicas (Lasaridi et al., 2006). Según Leblanc et al. (2007), la calidad de un abono orgánico se determina a partir de su contenido nutricional y de su capacidad de proveer nutrimentos a un cultivo. Este contenido está directamente relacionado con las concentraciones de esos nutrimentos en los materiales utilizados para su elaboración (Benzing, 2001 y Meléndez, 2003). El bokashi es un abono orgánico resultado de una mezcla de cereales, plantas oleaginosas y harinas de origen animal fermentado con variados microorganismos (bacterias, levaduras, actinomicetos y hongos del género Aspergillus y Penicillium) (Soto, 2003). Pérez et al. (2008), encontraron un contenido de materia orgánica superior en humus de lombriz (76% promedio) comparado con bokashi y compost.

 

Una de las principales dificultades presentadas  por la agricultura orgánica reside en el aporte de nutrimentos a los sistemas productivos, principalmente el nitrógeno. Tratándose de condiciones tropicales, esto se agrava debido a la rápida mineralización de la materia orgánica dependiente de la temperatura y humedad elevadas. El abono verde con  leguminosas puede  traer ventajas expresivas, tales como: suministro de N al momento de mayor exigencia del cultivo (Hodtke et al., 1999), el control espontáneo de malezas y mejor aprovechamiento de nutrimentos, transportados de horizontes más profundos (Hodtke et al., 1999; Ribas et al., 2002). Los efectos que provocan los abonos orgánicos en el suelo han sido estudiados por Emmus (1991), Kalmas y Vázquez (1996), Sendra (1996) y Peña (1998), quienes señalan que la materia orgánica influye sobre las principales propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, como son la disponibilidad de nutrientes, la conductividad eléctrica, el pH, la capacidad de intercambio aniónico y catiónico, actúa como un amortiguador, regulando la disponibilidad de nutrientes según las necesidades de la planta; aumenta la capacidad de almacenamiento del agua, regula la aereación del suelo y aumenta la actividad biótica y la capacidad de resistencia a factores ambientales negativos como arrastres y erosión. Guerra et al. (1995) le atribuyen que aumenta la eficiencia de los fertilizantes. 

           

El humus de lombriz conocido por diversos nombres tales como: casting, lombricompost, entre otros es considerado por muchos investigadores y productores como uno de los mejores abonos orgánicos del mundo. La cantidad de elementos nutritivos dependerá de las características químicas del sustrato con que se alimentarán las lombrices, Legall et al. (2007). El uso de las lombrices como beneficio económico se señala que fue en los Estados Unidos, la lombriz roja californiana (Eisenia foetida) en 1947 (Borjas, 1994). Muchos países como Filipinas, Italia, Japón, Chile y USA, tienen grandes cultivos industrializados, en busca de alternativas entre los que se encuentran la producción de abono natural no contaminante. El humus, producido por la lombriz, está compuesto principalmente de carbono, oxígeno, nitrógeno e hidrógeno, encontrándose también una gran cantidad de microorganismos como hongos y bacterias. Las cantidades de estos elementos dependerán de las características químicas del sustrato que dieron origen a la alimentación de lombrices (Legall et al., 2008)

 

El humus de lombriz ha sido utilizado principalmente en los cultivos ornamentales, hortalizas y frutales. Las cantidades de humus de lombriz empleada en cultivos intensivos son de 3 t ha-1 año-1. Este aumenta la productividad y se adapta a cualquier cultivo. La principal ventaja es que aumenta la calidad y presenta ácidos húmicos y fúlvicos que mejoran las condiciones del suelo, esto hace que el suelo retenga humedad y estabilizan el pH del suelo. Los fertilizantes minerales tienen una validez indiscutible dentro del conjunto de aportaciones destinadas a fertilizar el suelo. Cuando el abonado orgánico y la fertilización con compuestos químicos se conjugan de un modo armónico, cubriendo los requerimientos de los cultivos, se obtiene la producción óptima desde el punto de vista cuantitativo como en el aspecto cualitativo (Compagnoni y Potzolu, 2001). La fertilidad del suelo no es capaz, de satisfacer los requerimientos de nutrimentos que las hortalizas necesitan, debido a que son grandes consumidores de elementos, de manera que no exista posibilidad de disminuir los rendimientos (Lozano, 1977). Se han reportado datos sobre el uso de estiércoles, pulpa de café y de humus de lombriz en cultivos hortícolas y en cafetales, con resultados halagadores (Mendoza, 1996). Los datos técnicos disponibles para recomendaciones de fertilizantes en cultivos orgánicos de hortalizas son todavía escasos. Una aplicación anual de 50 t ha-1, de estiércol, equivalente a 1,4 t ha-1 de materia orgánica seca, se recomienda sólo para el sustento de la biomasa del suelo, necesitándose cantidades adicionales para suplir las cantidades de N y K requeridas por las plantas de cultivo (Voogt, 1999). Para suelos y condiciones climáticas como los del estudio de la respuesta de la lechuga y del repollo a la fertilización química y orgánica, se sugiere aplicar e incorporar al suelo 10 t ha-1 de estiércol, compost o humus de lombriz, un mes antes del transplante y usar una fertilización complementaria de 100 kg de N/ha para la lechuga y de 150 kg de N/ha para el repollo (Añez  y  Espinoza,  2003).  Sharma y Arya (2001) señalan que la aplicación de 20 t ha-1 de estiércol aumentó significativamente los rendimientos de repollo (Brassica oleracea var. capitata, Hib. Izalco) en comparación con el testigo sin estiércol y concluyeron que un suministro de 120 kg de N + 20 t de estiércol/ha fue óptimo para lograr los más altos rendimientos de repollo.

 

El presente trabajo  se realizo con el objetivo de determinar la mejor combinación de fertilizante orgánico y fertilizante químico para obtener los mejores rendimientos en el cultivo de berenjena.

 

MATERIALES Y METODOS

 

El presente trabajo se realizó en la localidad de la Hormiga, municipio Maturín del estado Monagas, Venezuela (9º 27’ LN y 63º 11’ LW). El clima según el sistema Holdridge es del tipo bosque tropical seco con una media anual de 126,6 mm  y una temperatura media de 27,3 ºC durante el año. El suelo donde se instaló el ensayo presentó una clase textural franco arenosa, pH=5,1, MO =1,03% (Walkley y Black); P =11,4 ppm (Bray 1); Ca+2 = 0,72 cmol/kg suelo; Mg+2 = 0,15 cmol/kg suelo; K+1 = 0,01 cmol/kg suelo (los tres últimos extraídos con KCl 1N y determinados por absorción atómica).

 

Se evaluaron tres cultivares de berenjena: Barbentane, Long Purple y Florida Wonder, y cinco proporciones  de fertilizante orgánico sólido (humus de lombriz,  H)  más fertilizante químico (Q, 14-14-14/3), conformadas por combinaciones de (H) + (Q): 100% H + 0% Q; 75% H + 25% Q; 50% H + 50% Q;  25%  H + 75% Q;  y 0% H + 100% Q. En el caso del fertilizante orgánico sólido las dosis fueron establecidas en base a las recomendaciones de Compagnoni y Potzolu (1994) de 4 t de fertilizante orgánico sólido /ha, y del fertilizante químico mediante un balance de nutrimentos entre el aporte del suelo y la demanda teórica del cultivo señalada por Rodríguez (1982) de aproximadamente 1350 kg ha-1 de 14-14-14/3. Es decir, partiendo de que se están utilizando varias dosis tanto de fertilizante orgánico sólido  y el fertilizante químico, se utilizó 4 t de H/ha  para la dosis 100%  H  y 1 t ha-1 para la dosis 100% Q. 

 

El diseño estadístico utilizado fue bloques al azar con 15 tratamientos en arreglo factorial (5x3) y tres repeticiones. La unidad experimental estuvo constituida por  parcelas de tres surcos de 6,0 m de largo separadas 1,00 m y entre plantas de 0,40 m. El transplante se realizó cuando las plántulas cumplieron 45 días en semillero. A los seis días después del transplante se aplicaron las combinaciones y dosis correspondiente a cada tratamiento en bandas al fondo del surco, incorporándolas posteriormente al suelo mediante el aporque. Se realizaron diez cosechas con un intervalo de 7 días. Se cosechó la hilera central eliminando las plantas de los extremos para disminuir el efecto de bordura para un área efectiva de 5,2 m2. Los resultados se analizaron mediante prueba de variancia al 5% de probabilidad y las diferencias entre medias se determino a través de la prueba de rangos múltiples de Duncan (Little y Hill, 1990) al mismo nivel de probabilidad. Las variables evaluadas fueron rendimiento, número de frutos por planta, largo y ancho del fruto e inició de la floración.

 

RESULTADOS

 

Rendimiento de frutos (t ha-1)

 

En el cuadro 1, se muestran los resultados  para el rendimiento, se observa que el cv. “Florida Wonder” presentó el mayor rendimiento (62,62 t ha-1) independientemente de la combinación de fertilizante orgánico sólido y fertilizante químico superando a los cultivares Berbentane (50,35 t ha-1) y Long purple (49,90 t ha-1), quienes no mostraron diferencias estadísticas entre ellos. Estos resultados obtenidos en este experimento son mayores al rendimiento promedio (13,76 t ha-1) (FEDEAGRO, 2009).

 

 

 

 

 

Cuadro 1. Efecto de cinco proporciones de  fertilizante orgánico sólido  y fertilizante químico sobre el rendimiento de frutos en tres cultivares de berenjena (Solanum melongena L.).

 

 

Rendimiento de frutos

 

Cultivar

t ha-1

kg/5,2 m2

Ámbito 1/

Florida Wonder

62,615

32,56

a

Barbentane

50,346

26,27

  b

Long Purple

49,904

25,95

  b

 

1/ Prueba de Rangos Múltiples de Duncan (α = 0,05). Letras iguales indican promedios estadísticamente iguales. C.V. = 12,33%.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el cuadro 2, la prueba  de diferencias de promedios muestra una clara tendencia de disminuir el rendimiento con el incremento en la combinación de la proporción del fertilizante químico, independientemente del cultivar evaluado. En este sentido destacan las  proporción 100% H + 0% Q  (64,885 t ha-1)  y 75% H + 25% Q (61,404 t ha-1), con rendimientos mayores a las 61 t ha-1 y superiores a los rendimientos obtenidos por las 0% H + 100% Q (44,962 t ha-1) y 25% H + 75% Q (47,096 t ha-1), sin diferencias estadísticas a la combinación  de  50% H+ 50% Q (53,346 t ha-1), el rendimiento obtenido en diferentes combinaciones de fertilizante orgánico y fertilizante químico fue mayor al rendimiento nacional de 13,757 t ha-1 (FEDEAGRO, 2009). Estos resultados coinciden con Montaño-Mata y Simosa (2002), quienes encontraron los mejores rendimientos en el cultivo de pimentón con las combinaciones 0% H + 100% Q  y 25% H + 75% Q. También con González et al. (1996) quienes  lograron buenos resultados al emplear  humus de lombriz con fertilizante mineral en la Canavalia (Canavalia ensiformis L.). Zhao y Fun-Zhen (1992) demostraron que aplicaciones de fertilizantes inorgánicos minerales en combinación con compost de lombrices incrementaron la absorción de nutrientes y la producción neta de trigo y caña de azúcar. Además, es reconocida la importancia y la necesidad de la agricultura orgánica en hortalizas de hojas, en las cuales se demostró la compensación de las pérdidas de nutrimentos ocurridas durante su cultivo (Kimoto, 1993); en repollo (Silva, 1984), así como también en alfalfa (Vigidal, 1997), se han observado incrementos de la producción cuando estas fueron fertilizadas apenas con estiércol bovino. El efecto de la aplicación de abonos orgánicos se estudió en otros cultivos por varios investigadores, así tenemos que Barroso et al. (1993), Gandarilla et al. (1993), Caballero et al. (1995) y Santiesteban et al. (1995) obtuvieron buenos resultados con el empleo del humus de lombriz en frijol, plátano, tomate y papa respectivamente.

 

 

 

 

 

Cuadro 2. Efecto de cinco proporciones de abono orgánico sólido y fertilizante químico sobre el rendimiento de frutos en tres cultivares de berenjena (Solanum melongena L.).

 

Fertilizante

Rendimiento de frutos

 

H (%)

Q (%)

t ha-1

kg/5,2 m2

Ámbito 1/

100

0

64,885

33,74

a

75

25

61,404

31,93

a

50

50

53,346

27,74

ab

25

75

47,096

24,49

 b

0

100

44,962

23,38

 b

 

1/ Prueba de Rangos Múltiples de Duncan (α = 0,05). Letras iguales indican promedios estadísticamente iguales. C.V. = 12,33%.

H: Fertilizante orgánico sólido (humus de lombriz).

Q: Fertilizante químico: 14-14-14/3.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La combinación  0% H + 100% Q (44,962 t ha-1), que solo contiene fertilizante químico muestra una disminución en el rendimiento de 12, 92% (19,923 t ha-1) y de 10,67% (16,442 t ha-1)  al compararlo con las combinaciones 100% H + 0% Q  y75% H + 25% Q, respectivamente. Sin embargo, es mayor al rendimiento nacional (13,76 t ha-1) (FEDEAGRO, 2009). Estos resultados difieren a los obtenidos por Jakse y Mihelic (1999), quienes señalan que el rendimiento de 8 hortalizas disminuyó entre 20 y 46% en suelos turbosos y de 28% a 56% en suelos arenosos, cuando se uso fertilizante orgánico en vez de químico. La berenjena es un cultivo de follaje abundante, crecimiento indeterminado y vida productiva potencialmente larga, por lo que para la obtención de una alta productividad, debe hacerse una fertilización fuerte y adecuada.  Probablemente, por las características que el cultivo de berenjena respondió positivamente, a la aplicación de  humus de lombriz (100% H) y a la combinación que tenía  la mayor proporción de fertilizante orgánico y la menor del fertilizante químico (75% H + 25% Q).

 

Número de frutos por planta

 

En el cuadro 3 se observa  una clara tendencia en el  incremento del número de frutos/ planta con el aumento de la proporción de fertilizante orgánico sólido en los tres cultivares. El cv. Barbentane produjo el mayor número de frutos/planta (12,56) en la proporción 100% H + 0% Q, sin diferencias significativas al obtenido en 75% H + 25% Q (11,87 frutos/planta) que fueron mayores a los obtenidos en las demás proporciones y al obtenido por el cv. Florida Wonder en todas  las combinaciones estudiadas, y  obtuvo el máximo valor (10,38 frutos/planta) en la combinación 50% H + 50% Q. Los cultivares Barbentane y Long Purple, en la aplicación de hasta 75% de fertilizante orgánico sólido  no presentaron diferencias estadísticas con  0% Q. Long Purple obtuvo su mayor número de frutos/planta (11,44)  en  100% H. El menor número de frutos por planta (7,85) lo presento el cv. Barbentane  con 0% fertilizante orgánico. Ninguno de los cultivares superó los 9 frutos/planta en la combinación que solo contenía 100% Q. Estos resultados difieren de los obtenidos por Montaño-Mata y Simosa (2002),  quienes encontraron el mayor número de frutos/planta en el cultivo de pimentón en la combinación 0% Humus + 100 % fertilizante químico y el menor número de frutos/planta con la combinación que solamente contenía  fertilizante orgánico (100% H + 0% Q).

 

 

 

 

 

 

Cuadro 3. Efecto de cinco proporciones de fertilizante orgánico sólido  y fertilizante químico sobre el número de frutos por planta en tres cultivares de berenjena (Solanum melongena L.).

 

F

Número de frutos por planta

H

Q

Cultivares de berenjena 1/

(%)

(%)

Barbentane

Long Purple

Florida Wonder

100

0

12,56

 Aa

11,44

Aa

9,31

ABb

75

25

11,87

 Aa

11,05

Aab

8,67

Bb

50

50

8,90

 Ba

9,98

AaB

10,38

Aa

25

75

9,72

 Ba

8,72

Cab

7,90

Bb

0

100

7,85 

 Ca

8,87

Ca

7,95

Ba

 

1/ Letras iguales indican promedios estadísticamente iguales. Prueba de Rangos Múltiples de Duncan (α = 0,05). Letras mayúsculas para las comparaciones verticales. Letras minúsculas para las comparaciones verticales  C.V. = 8,79%.

H: Fertilizante (F) orgánico sólido (humus de lombriz).

Q: Fertilizante (F) químico: 14-14-14/3.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Largo del fruto (cm)

 

En el cuadro 4  muestra la tendencia  del  incremento de la longitud del fruto con el aumento de la proporción de fertilizante químico independientemente del cultivar, encontrándose que los valores superaron los 23  cm y se obtuvieron con las proporciones 100% Q (23,36 cm)  y 25% H + 75% Q (23,17 cm) en el cv. Long Purple. En el cv. Barbentane, para el largo del fruto no hubo diferencias significativas entre ninguna de las combinaciones estudiadas. Sin embargo, el mejor largo (22,27 cm) del fruto se obtuvo con 100% Humus + 0% Q. El cv. Florida Wonder alcanzó su mayor valor (21,27 cm) en la proporción 100% H,  sin diferencias significativas al obtenido en la proporción  100% Q (20,13 cm).

 

 

 

 

 

Cuadro 4. Efecto de cinco proporciones de fertilizante orgánico sólido  y fertilizante químico  sobre el largo del fruto por planta en tres cultivares de berenjena (Solanum melongena L.).

 

F

Largo del fruto (cm)

H

Q

Cultivares de berenjena 1/

(%)

(%)

Barbentane

Long Purple

Florida Wonder

100

0

22,27

Aa

21,50

BCa

21,27

Aa

75

25

21,67

Aa

21,67

ABCa

18,67

BCb

50

50

20,60

Aa

20,67

Ca

19,10

BCa

25

75

21,89

Aa

23,17

ABa

18,25

Cb

0

100

21,88

Aa

23,36

Aa

20,13

ABb

 

1/ Letras iguales indican promedios estadísticamente iguales. Prueba de Rangos Múltiples de Duncan (α = 0,05). Letras mayúsculas para las comparaciones verticales. Letras minúsculas para las comparaciones verticales. C.V. = 4,62 %.

H: Fertilizante (F) orgánico sólido (humus de lombriz).

Q: Fertilizante (F) químico: 14-14-14/3.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ancho del fruto (cm)

 

 

 

En el cuadro 5 se observa que el cv. Florida Wonder produjo los frutos más anchos  (11,22 cm), y mayor que el obtenido por los cultivares Barbentane (6,22 cm) y Long purple (5,49 cm). El cv. Long Purple produjo los frutos menos anchos (5,49 cm). Complementariamente,  el cuadro 6  muestra que los frutos más largos se obtuvieron con  las proporciones que contenían 100% (8,05 cm) y 75% (8,00 cm) de fertilizante orgánico sólido con promedios superiores al obtenido en la proporción 100% Q (7,24 cm),  sin diferencias significativas a las demás proporciones.

 

 

 

 

Cuadro 5. Efecto de cinco proporciones de fertilizante orgánico sólido  y fertilizante químico sobre el ancho de los frutos en tres cultivares de berenjena (Solanum melongena L.).

 

Cultivares

Ancho del fruto (cm)

Ámbito 1/

Florida Wonder

11,22

a

Barbentane

6,22

b

Long Purple

5,49

c

 

1/ Prueba de Rangos Múltiples de Duncan (α = 0,05). Letras iguales indican promedios estadísticamente iguales. C.V. = 6,25%.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuadro 6. Efecto de cinco proporciones de  fertilizante orgánico sólido  y fertilizante químico sobre el ancho de los frutos en tres cultivares de berenjena (Solanum melongena L.).

 

Fertilizante

Ancho del fruto

 

H (%)

Q (%)

 (cm)

Ámbito 1/

100

0

8,05

a

75

25

8,00

a

50

50

7,51

ab

25

75

7,42

ab

0

100

7,24

b

 

1/ Prueba de Rangos Múltiples de Duncan (α = 0,05). Letras iguales indican promedios estadísticamente iguales. C.V. = 6,25%.

H: Fertilizante orgánico sólido (humus de lombriz).

Q: Fertilizante químico: 14-14-14/3.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Inicio de floración

 

Esta variable fue evaluada cuando el 50% de las plantas de cada tratamiento presentaron floración. El análisis de varianza no determino diferencias significativas entre cultivares, proporciones y para su interacción. Los tres cultivares estudiados presentaron floración a los 28 días después del transplante.

 

CONCLUSIONES

 

Las combinaciones de 100% H + 0% Q  y 75% H + 25% Q,  presentaron los mejores resultados en cuanto a rendimiento, número de frutos/ planta y ancho del fruto. Los frutos más largos se alcanzó en las combinaciones 25% H + 75% Q y 0% H + 100% Q lo presentó el cv. Long Purple. El cv. Florida Wonder produjo el mayor rendimiento y los frutos más anchos. El cv. Barbentane presentó el mayor número de frutos / planta. Con respecto a el inicio de la floración no hubo diferencias estadísticas significativas entre los tres cultivares en ninguna de las combinaciones de fertilizante orgánico (H)  y fertilizante químico (Q) estudiadas.

 

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