Revista Científica UDO Agrícola Volumen 9.
Número 4. Año 2009. Páginas: 937-950
Humedad
compactante y sus implicaciones agrícolas en dos suelos franco arenoso de
sabana del estado Monagas, Venezuela
Venezuela
Monagas state two sandy loam savanna soil compaction wetness and its
agricultural implications
Américo
HOSSNE GARCÍA,
Yosmer Noel MAYORCA JAIME, Luis Daniel SALAZAR BASTARDO, Fernán Andrés SUBERO
LLOVERA y Angela Maryelis ZACILLO CONTRERAS
Universidad de Oriente, Núcleo de Monagas. Apartado
Postal 414, Maturín, Estado Monagas, Venezuela Zona 6201-A E-mail:
americohossne@cantv.net Autor para
correspondencia
Recibido: 25/05/2009 |
Fin de primer arbitraje:
15/08/2009 |
Primera revisión recibida: 09/09/2009 |
Fin de
segundo arbitraje: 17/09/2009 |
Segunda
revisión recibida: 30/09/2009 |
Aceptado: 05/10/2009 |
La
compactación es un proceso que causa un aumento de la densidad aparente,
acompañada por una disminución en el volumen de aire. La compactación de los
suelos agrícolas está en relación con el tamaño de los agregados, humedad del
suelo, los procesos de manejo y del estado biótico en que se encuentran. Para
el manejo y utilización de los suelos agrícolas es necesario conocer sus
condiciones de humedad para un mejor empleo sin causar cambios estructurales
agrícolas desfavorables. Los suelos arenosos o francos arenosos son altamente
susceptibles a la compactación sobre todo en las capas superiores. El proceso
es influenciado por la humedad y la energía compactante producto de los
mecanismos energizantes; en especial, aquellos
originados por la mecanización y el proceso de contracción-expansión. El
objetivo general consistió en estudiar la compactación por proceso energizantes
con fines de manejos apropiados de dos suelos de sabana. Los objetivos
específicos fueron: (a) Determinar la energía de compactación (EC),
la densidad aparente seca óptima (rS(óptima)), la humedad óptima (wóptima)
de compactación, la densidad seca in
situ (rS(insitu)), el volumen de aire óptimo (VVa(óptima)), la
compactación relativa (RC) y la solidez óptima (iS(óptima)),
(b) Las correlaciones e implicaciones en los procesos de mecanización y
crecimiento de las plantas. Metodológicamente en cada condición de suelo se usó
la prueba de compactación AASHO, se agregaron las rectas de saturación a 100 %,
95 % y 80 %, el análisis de regresión para interpretar la proporción de la
variación entre los parámetros de las curvas de regresión y el análisis de varianza y
la prueba de la mínima diferencia significativa. Entre los resultados
con un EC de 16,49 kg*cm*cm-3 (1,62 MJ·m-3) se obtuvo:
una rS(óptima) entre 1,736-1,832 g/cm3, wóptima
entre 8,74-11,65, rS(insitu) entre 1,582-1,749 g/cm3, VVa(óptima)
entre 13,74-15,70%, RC entre
91,13-95,47% y iS(óptima) entre 66,05-69,61%. Se concluyó que la
humedad de compactación óptima se encontró cercana y dentro de la capacidad de
campo y por debajo del límite plástico. Siempre habrá suficiente aire en los
poros para el desarrollo radicular.
Palabras clave: Compactación,
Prueba Proctor, densidad aparente, volumen de aire, solidez del suelo
ABSTRACT
The compaction process causes an increase of
the apparent density, accompanied by a decrease in the volume of air. The agricultural soil compaction is in direct relationship with the size
of the soil particles, soil humidity, the handling processes and the soil
biotic state. For the handling and use of the agricultural soils, it is
necessary to know its conditions of humidity for a better employment without
causing unfavorable agricultural structural changes. The sandy or sandy loam
soil is highly susceptible compaction, mainly in the superior layers. The
process is influenced by the humidity and the compaction energy product of the
energizing mechanisms; especially, those originated by the mechanization and
the contraction-expansion process. The general objective consisted on studying
the compaction dew to energizing process with ends of appropriate handlings of
two savanna soil. The specific objectives were: (a) To determine the compaction
energy (EC), the optimal dry apparent density (rS(optima)), the optimal compaction
humidity (woptima), the insitu dry apparent density (rS(insitu)), the optimal air volume (VVa(optima)),
the relative compaction (RC) and the optimal soil solidity (iS(óptima)),
(b) The correlations and implications in the mechanization processes and plants
growth. Methodologically in each soil condition the compaction AASHO test was
used, the saturation straight line were added to 100%, 95% and 80%, the
regression analysis to interpret the proportion of the variation between the
parameters of the regression curves and the variance analysis and the test of
the minimum significant difference. Among the results
with EC of 16,49 kg*cm*cm-3 (1,62 MJ·m-3), it was found: rS(óptima) 1,736-1,832 g/cm3, wóptima 8,74-11,65, rS(insitu) 1,582-1,749 g/cm3, VVA(óptima) 13,74-15,70%, RC
91,13-95,47% and iS(óptima) 66,05-69,61%. On
concluded, that the optimal compaction soil water content was at or near the
field capacity and below the plastic limit. The root development will always
counts with air.
Key words: Compaction, Proctor
test, apparent density, air volume, soil solidity
La compactación produce alteraciones en
las condiciones físicas y mecánicas produciendo cambios en las relaciones
óptimas que deben existir entre la planta, el suelo, el contenido de
nutrientes, el contenido de agua y aire. Para el manejo y utilización de los
suelos agrícolas, es necesario conocer sus condiciones de humedad para un mejor
uso sin causar cambios estructurales agrícolas desfavorables. Los suelos
agrícolas de sabana son demasiado sensibles a la compactación y al
encostramiento que ameritan investigaciones por cuanto, inclusive, las lluvias
producen la formación de costras en estos suelos que por muy delgadas que sean
impiden la infiltración y el desarrollo radicular. El estado de compactación de
los suelos es considerado particularmente importante en la restricción al
crecimiento de las raíces, y como el contenido de humedad del suelo y su
interacción con la densidad aparente tiene una marcada influencia en las
proporciones de alargamiento de la raíz, las condiciones de humedades típicas
deben usarse en la evaluación del estado de compactación del suelo (Maurya y
Lal, 1979).
McBride (1989) recomendó que el modelaje
de la susceptibilidad del suelo a la compactación pudiera contribuir a mejorar
la predicción y entendimiento del comportamiento compresivo observado, y era
una importante área que cada día abarca la investigación en el mundo en donde
la agricultura mecanizada es cada día más practicada. La compactación de los
suelos arenosos es producto del arreglo de sus partículas. Las arcillas
caoliníticas normalmente conforman arreglos gruesos debido al acomodo de sus
capas produciendo una baja superficie específica, pero siempre proporcionan
mejor aireación que los suelos con partículas mucho más finas. De acuerdo
Dertour et al., (1993) la resistencia al aplastado y encogimiento
potencial de los agregados de 2 a 3,4 mm fueron medidos con el fin de estudiar
la implicación de los elementos estructurales en el proceso de compactación.
Sus resultados, mostraron que el tamaño de los agregados no tiene efecto
importante sobre el aspecto general de las curvas de compresión, y la
compresibilidad de los agregados grandes es función sobre todo de la retención
de agua y la intensidad de la carga aplicada. Los suelos de granos finos
necesitan más agua para alcanzar compactación óptima que los suelos de granos
gruesos. Braunack et al., (1979)
reportaron que los agregados más pequeños tienen una tensión de tracción mayor
que la de los agregados más grandes; es decir, los estratos de agregados
pequeños serían menos fácil compactados que los estratos de agregados más
grandes bajo el mismo contenido de humedad. De acuerdo a Mcbride (1989) los
parámetros densidad, humedad y las funciones de tensión con fuertes influencias
de la humedad, textura, contenido de materia orgánica y los índices de
Atterberg son las variables independientes predominantes. Faure (1981)
determinó dos puntos en la curva densidad seca versus contenido de humedad que
corresponden a los límites líquidos y plásticos. Parece ser que por debajo del
límite plástico, la compactación se alcanza independientemente del contenido de
humedad, y la máxima densidad se logra en un punto cercano al límite líquido.
Normalmente se les caracteriza a los
suelos franco arenoso con una densidad aparente seca promedio de alrededor 1800
kg/m3 y una densidad de las partículas de 2630 kg/m3;
esto genera un espacio poroso de 31,56 %, relación de solidez de 68,44 % y un
volumen de aire del 10% para w = 12 %. Esta condición física está considerada
por la bibliografía como un suelo compactado, con una porosidad inadecuada para
las plantas; en cambio, para un suelo franco arcilloso con una densidad
aparente seca de 1550 kg/m3 y una densidad de las partículas de 2600
kg/m3, genera un espacio poroso de 40,38 %, relación de solidez de
59,62 % y un volumen de aire del 14% para w = 17 %. A éste no se le considera
compactado producto de su mayor superficie específica debido a poros muy
pequeños, el agua domina y el contenido de poros aeríferos posiblemente no son
satisfactorios para el crecimiento de las plantas (Daniels, 1997). El objetivo
de este trabajo consistió en determinar la densidad aparente y humedad óptima,
la energía de compactación, el volumen óptimo de aire, la compactación
relativa, la solidez óptima y las correlaciones e implicaciones agrícolas.
MATERIALES Y MÉTODOS
Este estudio se realizó en dos sitios diferentes de las
sabanas del Estado Monagas en Venezuela, situada a 147 m.s.n.m. y coordenadas
geográficas de 9° 41´ 33´´ latitud Norte y 63º 23’ de longitud Oeste; con una
precipitación anual de 1127 mm y una temperatura media anual de 27,5 ºC. Bajo
una vegetación típica de sabana: chaparro (Curatella americana) (Dilleniaceae), merey (Anacardium occidentale) (Anacardiaceae),
paja peluda (Trachypogon sp. y
Axonopus sp) (Graminea), manteco (Byrsonima crassifolia) (Malpighiaceae), mastranto (Hyptis
suaveolens) (Lamiaceae),
Gramineas, Ciperaceas, etc. El área de trabajo seleccionado del suelo en
estudio pertenece a las condiciones de un Ultisol y al subgrupo de los Oxic
Paleustults familia de temperatura Isohipertérmico (Espinoza, 1970). El Cuadro
1 muestra las características físicas del suelo estudiado. El tamaño de las
partículas se encuentra en el rango establecido por Estrada (1965). En la Figura 1
se evidencia la mayor representatividad de arenas de ese suelo en especial las
arenas finas, con una mayor existencia
de los componentes más finos. Estos
suelos son utilizados en la explotación de muchos rubros, con labores de
encalado y fertilización, como maíz, sorgo, yuca y pastizales. Entre los
cationes cambiables se encuentre el Ca con 0,28-0,79 y Al con 0,68-0,96 m.e.q./100
g de suelo.
Cuadro
1. Componentes físicos en porcentajes y diámetro de las partículas en mm de
dos suelos estudiados de sabana del Estado Monagas. |
|||||
Contenido |
Suelo
1 |
Suelo
2 |
Diámetro
de las partículas |
||
0
- 300 mm |
300-
600 mm |
0
- 300 mm |
300-
600 mm |
||
% |
% |
% |
% |
mm |
|
Arena muy gruesa |
0,18 |
0,37 |
1,77 |
0,50 |
1,411 |
Arena gruesa |
2,87 |
1,93 |
22,43 |
6,58 |
0,72 |
Arena media |
8,90 |
7,49 |
24,01 |
10,94 |
0,37 |
Arena fina |
30,72 |
7,22 |
22,13 |
27,74 |
0,1511 |
Arena muy fina |
10,51 |
14,06 |
6,97 |
8,39 |
0,07 |
Arena total |
53,18 |
31,07 |
78,51 |
60,15 |
|
Limo |
34,62 |
52,73 |
18,23 |
29,65 |
0,053 |
Arcilla (caolinita) |
12,2 |
16,2 |
5,2 |
10,2 |
0,024 |
Materia orgánica |
1,29 |
0,86 |
0,49 |
0,46 |
|
Clase
textural |
Franco
arenoso |
Franco
limoso |
Franco
arenoso |
Franco
arenoso |
|
Los dos suelos estudiados tienen un
contenido de arcillas caoliníticas que acrecientan al profundizar y la
retención de agua también aumenta. Al respecto, Gaspar (1983) reportó que para
1/3 de atmósfera, la retención de humedad varió de 7,68 a 12,01% aumentando al
profundizar en el perfil del suelo. Faure (1981) estableció que el contenido de
agua del suelo es proporcional al contenido de caolinita. Hossne y Salazar
(2004) obtuvieron una retención de humedad de 7,68 a 12,01 %, aumentando al
profundizar en el perfil del suelo. Es
muy común en estos suelos la formación de costras producidas por las lluvias
posiblemente debido a la presencia de caolinita y partículas muy finas de
arenas. En relación, las terrazas estudias por Lesturgez (2005) mostraron estar
cubiertas por hojuelas de silicón y costras de arcillas, hechas principalmente
de caolinita. Bielders and Baveye (1995) en su estudio reportaron que la
formación de costras en suelos de textura gruesa era iniciada por el
desplazamiento de micro agregados u otras partículas pequeñas de las capas
lavadas seguidas de su acumulación por esfuerzos mecánicos. Assouline (2002) reportó que debido a la
pequeña cohesión inter partículas que resultaba en muy pequeña estabilidad de
los agregados, los suelos arenosos son altamente sensitivos a formar
superficies costrosas. Ducreux (1984) reportó que el bajo contenido de
arcilla del horizonte superior del suelo estudiado de 8 a 12 % y la presencia
de caolinita fueron responsables de la tendencia de los agregados a endurecerse
a través de la cementación durante la fase del ciclo de secamiento.
El
muestreo estratificado se basó en el trabajo realizado por Espinoza (1970), donde se practicó una estratificación de los
suelos presentes en el área que corresponden a la Unidad Maturín clasificado
con textura superficial franco arenosa. En
esta zona se seleccionaron dos áreas que representaron las condiciones de
suelos de sabana. Ambos suelos mostraron una textura franco arenoso en el
horizonte superficial como lo reportan los valores obtenidos por el análisis
hecho en la muestras de suelo. Para la obtención de las muestras se realizó en
las áreas representativas un muestreo aleatorio con la excavación de cinco
calicatas (60*80*80 cm) a 30 m de distancia entre calicatas. Con el uso del
Uhland se tomaron desde cero (0) a cinco (5) muestras cada diez cm para un
total de treinta (30) muestras por calicata. Las muestras fueron sometidas a la
determinación de la densidad aparente seca y del contenido de humedad gravimétricamente. El material se desmenuzó,
una parte para determinar el perfil fisicoquímico (textura y materia orgánica),
y el restante se pasó por el tamiz número 10 (2 mm) para la prueba de compactación.
El muestreador Uhland (Figura 2a)
utilizado fue el Humbolt modelo N° H-4203.38325, de 8235 g masa total, Barra de
89,50 cm de largo 2260 g, donde se desplazó el martillo de 21,30 cm de altura
de 4240 g; en la parte inferior de la barra se acopló el cilindro de 7,10 cm de
1825 g con una tuerca. Equipo de ensayo de compactación Proctor (Figura 2b) con
molde modificado de compactación cilíndrico con extensión o collar marca
Soiltest, Modelo N° CN-404, de diámetro
referencial de 6 pulgadas (152,5 mm), martillo pistón compactador modificado de 4,54 kg de masa, con
una caída libre de 457,2 mm, la cara del golpe del pistón tiene un diámetro de
50,8 mm.
Los parámetros usados y determinados
fueron: humedad gravimétrica (w), densidad aparente seca (rS),
energía de compactación (EC), número de golpes (NG), número de capas
(NC), masa del martillo (WP), altura de caída del martillo (HC), volumen total
de la muestra (VT), gravedad específica (G), densidad del agua (rW) y
relación de solidez (iS). Las expresiones matemáticas para la
energía de compactación, rectas del contenido de vacíos llenos de aire,
compactación relativa (Rc), contenido de vacíos llenos de aire óptimo (VVA(óptimo)),
contenido de vacíos llenos de aire (VVA), volumen de aire en cm3
(VA), la relación de solidez (iS), contenido de agua
característico de un suelo wC, contenido de arcilla (A), materia
orgánica (MO), densidad de las
partículas (rp),
humedad óptima de compactación (wòptima),
densidad seca óptima gS(óptima) (kN/m3) y el límite plástico (wP):
EC = NG * NC * WP * HC / VT
VVA = VA/VT
(Davison y Sprigman, 2000;
Hossne, 2002)
(Davison y Sprigman, 2000; Hossne, 2002)
Recta de vacíos de aire:
Rc = rS (campo)/rS (óptima AASHO)
(Berry
y Reid, 1998; (Davison y Sprigman, 2000; Soane et al., 1981)
iS = VS/VT
(Hossne,
2002)
iS(óptimo) = rS(óptimo)/rp
wC = 0,27*A + 1,52*MO
Guérif y Faure (1979)
Wóptima =
[1,95-0,38*log(EC)]*wP
Gurtug y Sridharan (2004)
(suelos arcillosos)
gS(óptima) = 22,68 * e-0,0183*
Wòptima
Gurtug y Sridharan (2004)
(suelos arcillosos)
RESULTADOS Y
DISCUSIÓN
En el Cuadro 2 se presentan los valores
promedio in situ y óptimo de la densidad seca (rS),
la humedad gravimétrica (w) óptima, la relación de solidez (iS), el
volumen de vacío lleno de aire (VVA), la compactación relativa (Rc)
y contenido característico de agua (wC) de dos suelos a dos
profundidades. Se observa que en el suelo 2 se produjo niveles mayores, tanto
de compactación óptima como de densidad seca in situ que las del suelo 1, esto
fue posiblemente al mayor contenido de materia orgánica, limo y caolinita del
suelo 1. El menor valor del contenido de
vacío lleno de aire fue para el suelo 1 a la profundidad de 0-30 cm viablemente
por su mayor humedad óptima de compactación producto de su alto contenido
proporcional de materia orgánica. De acuerdo a Kim (2002) en la atmósfera del
suelo se requiere de 3 a 21 % de oxígeno y de 12 a 60 % de poros de aire. Según
Pecorari et al., (1993) la presencia
de residuos orgánicos posee un efecto protector frente a la compactación de
campo. Dentro de la materia orgánica, la fracción ligada adquiere una mayor
importancia debido a que aumenta la porosidad textural, modificando el
comportamiento global de los suelos frente a la compactación.
Cuadro
2. Densidad seca in situ, densidad seca óptima, humedad óptima, relación de
solidez, volumen de vacíos llenos de aire y compactación relativa obtenidos
con el Proctor modificado, y la humedad característica para las muestras de
suelo de dos suelos de sabana, en los horizontes 0-30 y 30-60 cm, del Estado
Monagas, Venezuela. |
||||||||
Suelo |
Horizonte |
rS(insitu) |
rS(óptima) |
wóptima |
iS(óptima) |
VVa(óptima) |
Rc |
wC |
cm |
|
|
% |
% |
% |
% |
% |
|
1 |
0-30 |
1,582 |
1,736 |
11,60 |
66,05 |
13,74 |
91,13 |
5,26 |
1 |
30-60 |
1,591 |
1,779 |
9,43 |
67,63 |
15,70 |
89,43 |
5,68 |
2 |
0-30 |
1,749 |
1,832 |
8,74 |
69,61 |
14,51 |
95,47 |
2,15 |
2 |
30-60 |
1,672 |
1,805 |
9,72 |
68,57 |
14,04 |
92,63 |
3,45 |
EC = 16,49 kg*cm*cm-3 (1,62 MJ·m-3) (1649 kN*m*m-3) |
El suelo 1 mostró menor compactación
relativa que el suelo 2 y los valores mayores fueron para el horizonte 0-30 cm.
Según diversos autores, cuando la compactación relativa supera el 86-90%, se
produce una reducción importante de la proporción de macroporos, afectando al
normal movimiento de los fluidos. Esto estaría relacionado a un menor
crecimiento y rendimiento de los cultivos (Carter, 1990; Lipiec et al., 1991). Berry y Reid (1998)
establecieron los valores típicos entre 90 % y 100 %.
A bajo contenido de humedad, hay una línea de tendencia que se puede
notar que propensa a un contenido de agua característico (wC)
(Faure, 1974). El suelo 1 a la profundidad 30-60 cm registró un mayor valor de
wC legado por su mayor contenido de caolinita que se puede observar
en el Cuadro 1. De acuerdo a Faure (1981) en el caso de la compactación de un
suelo rico en caolinita, cuando se aumenta el nivel de energía de compactación,
la mezcla es más compactada y wC es disminuido. Al utilizar las
ecuaciones de Gurtug y Sridharan (2004) aplicables a suelos de textura fina, al
aplicarlas en promedio a los suelos estudiados con un límite plástico de 13,7%
se obtuvo: wóptima = 9,97% y
rS(óptima) = 1,89 g/cm3 que no se encuentran
superiores a los resultados promedios obtenidos. Salazar (1994)
determinó que el suelo en estudio tiene un límite plástico de 13,7 %. Los suelos de partículas finas necesitan
mayor cantidad de humedad para lograr la compactación óptima que los suelos de
partículas más gruesas (Gurtug y Sridharan, 2004).
La
Figura 3 presenta las curvas de compactación producto de la correlación de la
densidad seca versus la humedad gravimétrica y su posición en relación a las
rectas de vacíos de aire o rectas de saturación. La parte húmeda de la curva es
asintótica a la línea de saturación que se desplaza a la derecha de la humedad.
La recta de 100 % de saturación o 0 % de vacíos de aire mostró que es imposible
sacarle todo el aire, las rectas de 0, 10, 15 y 20 % (r2 = 0,99)
expresan que un 0, 15, 10 y 20 % de aire quedan en el suelo en función del
contenido de humedad del suelo compactado. Las funciones rS = f (w,
w2, w3) se obtuvieron al aplicar la regresión para cada tratamiento
suelo-profundidad, que al optimizarlas produjeron las humedades y densidades
secas óptimas. Según Turnbull y Foster (1957), a bajos contenidos de humedad,
la densidad seca aumenta o permanece más o menos constante; esto se observa en
las curvas de la Figura 3. La naturaleza de
la compactación de los suelos agrícolas tiene influencias significativas en el
comportamiento del suelo; por ejemplo, al aumentar la humedad de compactación
se debe producir un decrecimiento de la permeabilidad en el lado más seco de la
curva, y un leve aumento de la permeabilidad en el lado más húmedo de la curva
después de la humedad compactante máxima. Esto significa que la permeabilidad
de un suelo tiende al mínimo para el máximo de la humedad compactante de un
suelo. Este fenómeno explica cuando por ejemplo se hace el rastreo en suelos
seco como normalmente sucede en los suelos de sabana del Estado Monagas, lo
cual produce un proceso, por ejemplo, de disminuir la infiltración y por ende
una mayor compactación al caer las primeras lluvias. También, se ha observado
que las muestras en el lado húmedo, el suelo es más compresible, lo que
significa menor compactación. Los suelos arcillosos que sufren de contracción e
hinchado (Arcillas 2:1), podrían recuperar por sí solos parcialmente su estado
de compactación con humedecimiento y secados subsecuentes; en cambio, para
estos suelos arenosos con arcillas caoliníticas es más lento si sucede.
Lo anterior, no sucede, por ejemplo, en
suelos con contenido de arcillas montmoriloníticas (Faure, 1981). Méndez Natera
et al., (1998) al utilizar el
muestreador Uhland presentaron, en una de sus conclusiones, que la densidad
seca tendió acrecentar al aumentar la humedad edáfica; esto es posible debido
al efecto Proctor producido por el Uhland (Hossne, 2001); afirmado por Lugo
(1995). Este fenómeno ha sido conocido desde hace mucho tiempo para la densidad
máxima por Lambe (1958) y Jonson y Sallberg (1962). Los resultados obtenidos
permiten visualizar o demostrar lo reportado por Badillo y Rodríguez (1975),
Hossne (2001) y Rachavan y Mckkyes (1977) quienes concluyeron que el contenido
inicial de agua, además de la energía específica de compactación, son los factores
más importantes que influyen en la compactación obtenida para estos suelos. Si
una cantidad dada de energía compactante se le aplica al suelo, la densidad
obtenida sería mayor para una muestra húmeda que para una seca (ASAE, 1971).
Coulon y Bruand (1989) en sus conclusiones establecieron que en los suelos
arenosos los poros más pequeños que los correspondientes estructurales o poros
biológicos fueron modificados por la compactación y que debido a su bajo
contenido en arcillas, puede ser la causa de la susceptibilidad a la
compactación. Es por ello que los efectos vibratorios producidos por cualquier
apero o instrumentos como por ejemplo las rastras, arado, arado rotatorios y el
muestreador Uhland causan compactación. Al efecto Bravo y Andreu (1995) observaron
que aun cuando los horizontes subsuperficiales presentan mayor contenido de
caolinita (11,5 a 11,8 %), la proporción de arenas finas, muy finas y limo son
altas, mayores del 60 %, le confieren a estos suelos una alta susceptibilidad
tanto a la degradación superficial (sellado, encostrado, etc.) como a la
subsuperficial (compactación). Barber et al., (1989) en sus análisis del
límite plástico mostraron que los suelos más susceptibles a la compactación
fueron, en general, aquellos con alto contenido de limo, y los menos
susceptibles fueron los suelos bien drenados con un contenido de arcilla más
limo menor del 18 %. Means et al.,
(1963) establecieron que los suelos incohesibles pueden ser compactados en
condiciones secas, húmedas o sumergidas por los efectos vibratorios como lo
favorece el rastreo en estos suelos. Ellos
también manifestaron que las arenas medias y finas son más difíciles de
compactar cuando están húmedas que cuando están secas o sumergidas debido a las
fuerzas de capilaridad; esto es aplicable para estos suelos en estudio. Rachavan et
al., (1977) en su estudio de resistencia al corte realizado sobre un suelo
arenoso con contenido de humedad desde seco hasta saturado, para presiones
normales de 0,17, 0,32 y 61,80 kN/m2
con o sin tensión cortante, demostraron que la compactación fue altísima para
cada tensión normal, con o sin carga de corte. Bodman
y Constantin (1965) utilizando la teoría de acomodo de las partículas,
observaron que las partículas más pequeñas como las del limo se pueden acomodar
en los espacios entre los granos de arenas y aumentar la densidad aparente.
Como se observa en el Cuadro 2 y se
visualiza en la Figura 3, los valores óptimos de compactación se obtuvieron
entre 8,74 y 11,60 % de humedad gravimétrica que al compararlas con la
capacidad de campo de estos suelos que se encuentra 10,3 y 12,8 % (Salazar,
1999; Hossne 2004), se infirió que la máxima compactación ocurre cerca o dentro
de la capacidad de campo. Espinoza (1970) determinó la capacidad de campo para
el suelo sabana Ultisol de Monagas, encontrando: 11,70 % (0 – 0,2 m), 13,49 %
(0,2 m – 0,5 m), 16,89 (0,5 m – 1,0 m) y 19,48 % (1,0 m – 3,50 m), con un
promedio total de 15,39 % y entre 0,0 m – 0,5 m de 12,6 %. Al-Kaisi, (2009)
reportó que la compactación máxima ocurre cuando la humedad del suelo se
encuentra cerca o en rango de la capacidad de campo debido a que la humedad
actúa como un lubricante entre las partículas de suelo bajo fuertes presiones.
Chancellor (1976) y Ljungars (1977) concluyeron que el contenido de agua es el
factor más importante en la compactación causada por el tráfico sobre suelos
agrícolas. Holloway y Dexter (1990) concluyeron que el efecto de compactación
en los suelos de la Península de Eyre en Australia con suelos francos y franco
arenosos ocurre cuando el uso de maquinarias es utilizado con los suelos
húmedos. Boekel (1959, 1963) sugirió que la diferencia entre la capacidad de
campo y el límite plástico debería utilizarse como un índice de susceptibilidad
de compactación.
Como ha de esperarse, el volumen de vacío
lleno de aire disminuyó al aumentar la densidad aparente seca como se observa
en la Figura 4, en donde se puede apreciar que para densidades mayores de 1,40
g/cm3, el volumen de aire empezó a disminuir desde un 20%, y que el
suelo 1(30-60 cm) mostró tener valores VVA menores en relación a la
densidad, estabilizándose y creciendo al aumentar la compactación. Esto último
es por lo cual el suelo 1(30-60 cm) tiene la menor relación de compactación. Al
resolver el sistema de ecuación conformado con la líneas de 10% de aire y 20%
de aire y la ecuación de la curva del suelo 1(30-60 cm) se obtuvieron las
densidades secas de 1,78 g/cm3 y 1,64 g/cm3
respectivamente. Según Soane et al.,
(1981) la aplicación de cargas causa mayor pérdida de poros mayores de 10 mm para muestras de agregados que para el caso de suelos imperturbados,
el volumen de poros menores de 0,2 mm, muestran poco o
ningún cambio cuando se someten a presiones mayores de 400 kPa, tanto para los
suelos mecanizados como los imperturbados.
En la Figura 5 se observa
que el volumen de aire con respecto al aumento de la humedad gravimétrica,
decreció; ya que los vacíos se fueron llenando de agua, haciéndose asintótica
con la recta de 90 % de saturación. Siempre teniendo más poros de aires el
suelo 1. Seed y Chan (1959) encontraron que las muestras secas de caolinita
compactadas tienden a ser más rígidas y fuertes que las muestras húmedas
óptimas compactadas. Esto es aplicable a estos suelos sobre todo en la
formación de terrones muy duros.
La Figura 6 permitió
utilizar cuatro dimensiones conformadas por la densidad aparente seca, la
humedad gravimétrica, el volumen de aire y la solidez del suelo. Se avizora que
tanto la humedad como la densidad influyen en los vacíos de aire y la solidez. Los
mayores valores de la solidez están entre 8 y 9,5 % de humedad. Los valores
altos de los vacíos llenos de aire se notan a humedades, densidades y solidez
muy bajas. Esto se explica considerando que en los suelos arenosos caoliníticos
la cohesión es capilar y a humedades menores del 4 % se deshace el menisco
entre partículas y el suelo podría entrar en estado polvoriento si se realizan,
por ejemplo, labores como la de rastreo. Esto último está apoyado por Rucks et al., (2004), Walczykova et al., (2002), Fredlund y Rachardjo
(1993) y Alonso (2002). Emerson (1994) reportó
que cuando los agregados de caolinita se secan hasta el punto de marchitez, se
desmenuzan severamente; ya que las partículas de caolinita son grandes y por lo
tanto los poros entre ellas no se llenan de agua en el punto de marchitez.
Shoff y Shah (2003) y Ellis (1980) reportaron que un suelo de granos gruesos
alcanza densidades mucho más alta que uno de granos finos que requirió de mayor
cantidad de agua por alta superficie de área y que un comportamiento típico de
la curva de densidad-humedad obtenida para los suelos incohesibles de granos
finos uniformes de arena fue la disminución de la densidad al aumentar la
humedad en la porción izquierda de la curva.
El punto de marchitez encontrado por Gaspar (1983) fue de 6,19 % y para Fermín
(1971) fue de 5,53 % para estos suelos.
Los Cuadros 3 y 4 presentan los
resultados del análisis de variancia y la prueba de mínima diferencia
significativa. Los mayores valores de la densidad seca fueron de 1,84 g/cm3
para el suelo 2 a la profundidad de 0-30 cm y humedad de 7%, y de 1,83 g/cm3
para el suelo 2 a la profundidad de 30-60 cm y humedad de 9%. Los valores para
la densidad óptima compactación como lo muestra el Cuadro 2 variaron muy
cercanos pero a mayor humedad óptima de compactación. Los vacíos de aires
respectivos fueron de 17,92% y 13,33%. El mayor valor de VVA fue de
45,14% para el suelo 1 a la profundidad de 30-60 con humedad del 3%. La mayor
solidez se produjo entre 7% y 9 % de humedad, y la menor de 46,75 % para
humedades entre 4,5 % y 3 % como se
aprecia en la Figura 6. La media general fue para la densidad seca de 1,66 g/cm3,
para la solidez de 63,13% y para volumen de aire de 19,63. Aquí se podría
apreciar que estos suelos no se pueden compactar a bajas humedades, en las
cuales el suelo se desmenuza. De acuerdo a Shoff y Shah (2003), y Ellis (1980) un suelo
de granos gruesos alcanza densidades mucho más alta que uno de granos finos que
además requiere de mayor cantidad de agua por su alta superficie de área. Un
comportamiento típico de la curva de densidad-agua obtenida para los suelos
incohesibles de granos finos uniformes de arena es, a bajas humedades en una
porción de la curva, la disminución de la densidad al aumentar la humedad. Esto indica que el suelo estudiado es fácilmente
compactado, pero siempre habrá aire en el suelo para el desarrollo radicular.
Cuadro 3. Análisis de varianza para el volumen de vacíos
llenos de aire (VVA), relación de solidez (iS) y
densidad seca (rS) ajustada por el efecto combinado profundidad (PRO)*suelo
(S)*humedad (w) de dos suelos de sabana del Estado Monagas. |
||||||
Vacíos llenos
de aire (VVA) |
||||||
Fuente |
GL |
Suma de
cuadrados |
Cuadrados
medios |
F |
P |
|
PRO*S*w |
31 |
31188,5 |
1006,08 |
69,05 |
0,0000 |
|
Error |
224 |
3263,7 |
14,57 |
|
|
|
Media |
19,629 |
|
|
|
|
|
CV (%) |
19,45 |
|
|
|
|
|
Relación de
solidez (iS) |
||||||
PRO*S*w |
31 |
6250,09 |
201,616 |
30,57 |
0,0000 |
|
Error |
224 |
1477,54 |
6,596 |
|
|
|
Media |
63,125 |
|
|
|
|
|
CV (%) |
4,07 |
|
|
|
|
|
Densidad seca
(ρS) |
||||||
PRO*S*w |
31 |
4,32313 |
0,13946 |
30,57 |
0,0000 |
|
Error |
224 |
1,02201 |
0,00456 |
|
|
|
Media |
1,6602 |
|
|
|
|
|
CV (%) |
4,07 |
|
|
|
|
|
Cuadro 4. Promedios para
el Volumen de vacíos llenos de aire (Vv), Relación de solidez (iS)
y la densidad seca (rS) para varias humedades (w), dos profundidades (PRO) de dos
suelos (S) de sabana del Estado Monagas. |
||||||||
Independientes |
Dependientes |
|||||||
Densidad seca (rS) |
Relación de solidez (Is) |
Vacíos de aire (VVA) |
||||||
PRO |
S |
w |
Media |
Grupo |
Media |
Grupo |
Media |
Grupo |
30 |
2 |
7 |
1,8399 |
A |
69,958 |
A |
17,916 |
FG |
60 |
1 |
9 |
1,8265 |
A |
69.450 |
A |
13,324 |
HIJK |
30 |
2 |
9 |
1,8193 |
AB |
69,175 |
AB |
15,089 |
GHI |
60 |
2 |
9 |
1,8117 |
ABC |
68,886 |
ABC |
15,236 |
GH |
60 |
2 |
7 |
1,7958 |
ABCD |
68,282 |
ABCD |
19,384 |
EF |
30 |
2 |
11 |
1,7888 |
ABCDE |
68,014 |
ABCDE |
12,548 |
HIJKL |
60 |
2 |
11 |
1,7568 |
BCDEF |
66,799 |
BCDEF |
13,612 |
HIJ |
60 |
2 |
13 |
1,7567 |
BCDEF |
66,796 |
BCDEF |
9,171 |
LMN |
30 |
2 |
13 |
1,7464 |
CDEFG |
66,405 |
CDEFG |
11,332 |
IJKLM |
30 |
1 |
9 |
1,7346 |
DEFGH |
65,953 |
DEFGH |
14,367 |
GHIJ |
60 |
1 |
11 |
1,7304 |
DEFGHI |
65,793 |
DEFGHI |
14,321 |
GHIJ |
30 |
1 |
15 |
1,7257 |
EFGHI |
65,615 |
EFGHI |
9,076 |
LMN |
30 |
2 |
15 |
1,7115 |
EGHIJ |
65,076 |
FGHIJ |
9,850 |
KLMN |
60 |
1 |
7 |
1,6997 |
FGHIJ |
64,628 |
FGHIJ |
22,667 |
E |
30 |
1 |
13 |
1,6988 |
FGHIJ |
64,593 |
FGHIJ |
15,068 |
GHI |
30 |
1 |
17 |
1,6819 |
GHIJK |
63,950 |
GHIJK |
6,998 |
N |
30 |
2 |
17 |
1,6755 |
HIJKL |
63,706 |
HIJKL |
8,695 |
MN |
60 |
2 |
15 |
1,6705 |
HIJKL |
63,516 |
HIJKL |
11,012 |
JKLM |
30 |
1 |
11 |
1,6647 |
IJKLM |
63,297 |
IJKLM |
20,182 |
EF |
60 |
1 |
13 |
1,6553 |
JKLM |
62,939 |
JKLM |
14,313 |
GHIJ |
30 |
1 |
7 |
1,6529 |
JKLM |
62,849 |
JKLM |
22,120 |
E |
60 |
2 |
17 |
1,6300 |
KLMN |
61,976 |
KLMN |
9,694 |
KLMN |
30 |
2 |
5 |
1,6140 |
LMN |
61,371 |
LMN |
30,917 |
D |
60 |
1 |
15 |
1,6125 |
LMN |
61,314 |
LMN |
13,626 |
HIJ |
30 |
1 |
5 |
1,6030 |
MN |
60,951 |
MN |
28,656 |
D |
60 |
1 |
5 |
1,5812 |
N |
60,122 |
N |
31,402 |
D |
60 |
1 |
17 |
1,5808 |
N |
60,106 |
N |
12,040 |
HIJKLM |
60 |
2 |
5 |
1,5090 |
O |
57,376 |
O |
35,510 |
C |
60 |
2 |
3 |
1,4397 |
P |
54,741 |
P |
40,604 |
B |
30 |
2 |
3 |
1,4165 |
P |
53,860 |
P |
42,117 |
AB |
30 |
1 |
3 |
1,3838 |
P |
52,615 |
P |
41,556 |
AB |
60 |
1 |
3 |
1,3118 |
Q |
49,877 |
Q |
45,141 |
A |
Prueba de la Mínima Diferencia Significativa (MDS) (p ≤
0,05) Letras diferentes indican promedios estadísticamente
diferentes. |
Los valores óptimos de compactación se
obtuvieron entre 8,74 y 11,60 % de humedad gravimétrica que al compararlas con
la capacidad de campo de estos suelos se infirió que la máxima compactación
ocurre cerca o dentro de la capacidad de campo y por debajo del límite
plástico. Siempre habrá aire y poca resistencia para el desarrollo radicular.
Los efectos vibratorios ocasionados por las gotas de lluvias, tractores,
implementos agrícolas y los reacomodos causados por el efecto Proctor y los
impactos, en esas condiciones de humedad favorecerían la compactación y la erosión.
Los valores promedios fueron: 19,63 %
para el volumen de vacíos llenos de
aire, 63,13 % para la solidez y 1,66 g/cm3 para la densidad seca.
Los valores máximos y mínimos fueron respectivamente: para el volumen de vacíos
llenos de aire: 45,14 % para 3 % de humedad y 9,17 % para13 % de humedad, para
la solidez: 69,96 % para 7 y 9 % de humedad y 49,88 % para 3 % de humedad, y
para la densidad seca: 1,84 g/cm3 para 7 y 9 % y 1,39 g/cm3
para 3 % de humedad.
Estos suelos son susceptibles a la
formación de costras, debido posiblemente al bajo contenido de arcillas más
finas. Se podría mejorar aumentando el contenido de caolinita de las capas
superiores remontando de las inferiores a la capa arable. Para contenidos de
humedad por debajo de alrededor del 6 %, se observó una disminución de la
densidad aparente seca. El cálculo para estos suelos produjo un wC
4,95%.
Cuando los suelos de
sabana en condiciones de humedades menores al 6 % son compactados, la
estructura del suelo flocula o desmenuza (orientación al azar de las
partículas), tienen características opuestas cuando el suelo a la humedad
óptima es compactado. En una, la densidad disminuye y en la otra aumenta.
Se recomienda que: (a)
Las operaciones de labranza, fertilización y siembra sean ejecutadas cuando el
suelo esté al lado más seco de la curva densidad-humedad evitando humedades dentro o cerca de la capacidad de campo (b)
El uso de neumáticos anchos o más grandes con presión baja que favorecen la
flotación, (c) El uso de las mismas huellas disminuye los viajes, (d) El mayor
daño ocurre en el primer pase, (e) Uso de implementos con arreglo
neumático-huella para la labranza, siembra, cultivo por hilera, asperjado y
cosecha, (f) No deben usarse los implementos cuando el suelo está muy húmedo y
(g) No deben usarse los implementos que producen pies compactados como los
arados de disco, vertedera, arados rotativos y equipos con tanques de
materiales muy pesados en condiciones inadecuadas de humedad o uso sólo en el
estado friable.
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por Prof. Jesús Rafael Méndez Natera
TABLA
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