Revista Científica UDO Agrícola Volumen 9.
Número 1. Año 2009. Páginas: 113-120
Efecto del ácido indolbutírico sobre
el enraizamiento de acodos aéreos de guayabo (Psidium guajava L.) en el municipio Baralt, Venezuela. Evaluación preliminar
Effect
of indolbutyric acid on the air layer rooting of guava (Psidium guajava
L.) in the Baralt County, Venezuela. Preliminary evaluation
Adriana Beatriz SÁNCHEZ URDANETA 1, Ernesto SUÁREZ2,
Mildred Razzela GONZÁLEZ3, Yodervis AMAYA1, Ciolys
Beatriz COLMENARES4 y Jorge ORTEGA4
1,3,4Departamentos de
Botánica, Agronomía y Estadística, Facultad de Agronomía, La Universidad del
Zulia. Maracaibo, estado Zulia, Venezuela y 2Ingeniero Agrónomo,
Asistente de Investigación.
E-mail:
adrianabeatrizster@gmail.com y rosaval27@yahoo.es Autor para
correspondencia
Recibido: 08/05/2008 |
Fin
de primer arbitraje: 24/06/2008 |
Primera
revisión recibida: 16/02/2009 |
Fin de segundo arbitraje: 17/03/2009 |
Segunda revisión recibida: 28/03/2009 |
Aceptado: 19/04/2009 |
RESUMEN
El acodo aéreo
representa una alternativa para la propagación vegetativa de plantas, a través
del cual se obtienen individuos uniformes; partiendo de ramas de similar forma
y edad, asegurando de esta manera la propagación clonal, aspecto de gran
relevancia especialmente en especies frutales. Por ello se evaluó el efecto del
ácido indolbutírico (AIB) sobre el enraizamiento de acodos aéreos en plantas de
guayabo (Psidium guajava L.) en el
municipio Baralt, estado Zulia, Venezuela. Los acodos se realizaron en ramas
semi-lignificadas en activo crecimiento, de variantes de guayabo con meso y
endocarpio Blanco o Rojo, utilizando como sustrato espuma fenólica + viruta de
coco (1:1). Se evaluaron cuatro concentraciones de AIB (0, 2000, 4000 y 6000
mg·kg-1), bajo un diseño experimental totalmente al azar con arreglo
de tratamientos factorial 2x4 con dos y cuatro repeticiones. Once semanas
después de realizados los acodos se evaluó el porcentaje de acodos vivos (AV),
acodos enraizados (AE) y acodos con formación de callo (AC), número de raíces
por acodo (NRA) y longitud de la raíz más larga (LRL). No hubo efecto
significativo para AE, NRA y LRL por efecto de la variante y de la
concentración de AIB; no obstante, hubo
20,83% de AE, el NRA fue de 0,96 por acodo y la LRL fue de 8,73 mm en promedio.
Los porcentajes de AV estuvieron entre 20,83 y 62,50% para 4000 mg·kg-1
de AIB y el testigo, para AC entre 0,00 y 25,00% para 6000 mg·kg-1 y
el testigo, respectivamente, con diferencias estadísticas (P<0,04) en ambos
casos. Se concluye que en las variantes de guayabo seleccionadas y las
concentraciones de AIB utilizadas no promovieron adecuadamente el enraizamiento
de acodos aéreos.
Palabras clave: Psidium guajava, propagación vegetativa,
regulador de crecimiento, acodos aéreos.
ABSTRACT
The air
layer represents an alternative for asexual propagation. The effect of indole
butyric acid (IBA) on the air layer rooting in guava (Psidium guajava L.) in Baralt County, Zulia state, Venezuela was
evaluated. Air layer were completed in semi-lignified branches in active
growth, of guava variants with White and Red meso or endocarp. Substrate was
phenolic foam+coconut coit fiber (1:1)
and four concentrations of IBA (0, 2000, 4000 and 6000 mg·kg-1) were
evaluated, by following a completely randomized design with factorial
arrangement 2x4 and two and four replications. Eleven weeks after air layers
were made, the percentage of live (LL), and rooting layers (RL) and with callus
formation (CL), root number per layer (RNL) and length of longest root (LLR).
An analysis of variance and mean comparison were accomplished. There was not
significant effect for RL, RLN and LLR; however, had 20.83% of RL, the RLN was
0.96 of air layers and LLR was of 8.73 mm in average. The LL percentages were
between 20.83 and 62.50% for 4000 mg·kg-1 of IBA and control, for CL
between 0.00 and 25.00% for 6000 mg·kg-1 and control, respectively,
with statistical differences (P<0.045) in both cases. It is conclude that in
selected guava variants and concentration of IBA used did not promote adequately
the air layers rooting.
Key words: Psidium guajava, vegetative propagation,
regulator of growth, air layers.
INTRODUCCIÓN
El guayabo (Psidium guajava L.) es una planta frutal
originaria de las regiones tropicales de América (Thaipong y Boonprakob, 2005).
En la actualidad, el guayabo se cultiva en casi todas las regiones tropicales y
subtropicales del mundo, con diferentes condiciones climáticas especialmente en
los climas secos y un amplio rango de suelos (Salazar et al., 2006). Es la especie cultivada más importante dentro de la
familia Myrtaceae (Rai et al., 2007).
El fruto del guayabo es importante comercialmente en la India, Suráfrica,
Florida, Hawaii, Brasil, Colombia, Cuba, Venezuela, Nueva Zelanda, Filipinas (Yadava,
1996), Vietnam (Le et al., 1998) y
Tailandia (Tate, 2000). Es un fruto tropical que está disponible durante todo
el año, generalmente a un precio económico, además es resistente al transporte,
al manejo postcosecha y de alta preferencia por los consumidores (Thaipong y
Boonprakob, 2005).
El conocimiento sobre la variabilidad genética y el efecto ambiental podría
ayudar a generar diferentes estrategias de mejoramiento (Thaipong y Booprakob,
2005). Sin embargo, existe dificultad
para multiplicar material élite o selecciones en estado adulto, lo cual
genera serios problemas para aplicar tecnologías de transferencia génicas en
estas plantas (Gomez-Lim y Litz, 2004).
La propagación por semilla, genera variabilidad en las plantaciones de
guayabo, por lo que para utilizar aquellas plantas que presentan
características promisorias como alto rendimiento, tolerancia a plagas y
enfermedades, se hace necesario la utilización de técnicas de propagación
vegetativa (Tong et al., 1991, Albany
et al., 2004).
En guayabo, la propagación vegetativa es factible por medio de acodo aéreo,
la cual es una técnica sencilla, económica y accesible para los productores y
viveristas, con ella se obtienen plantas uniformes, de mayor tamaño, en buenas
condiciones y en corto tiempo, comparado con otras técnicas de propagación
vegetativa (González et al., 2001,
Albany et al., 2004, Vilchez-Perozo et al., 2004). Sin embargo, debido a la
generación de raíces adventicias, se presentan variadas diferencias
morfológicas (en el tamaño, el número y la distribución de las raíces), lo cual
fue observado en plantas genéticamente idénticas cultivadas en similares
condiciones de nutrición (Jovanovic et al.,
2008).
Para estimular el enraizamiento de los acodos, existen diferentes
tratamientos aplicados al tallo, entre otros la realización de heridas,
estrangulamiento o la eliminación de un anillo de la corteza de las ramas
(anillado). Con la utilización de éstas técnicas se produce la interrupción de
la traslocación acrópeta y basípeta de los compuestos orgánicos, carbohidratos,
auxinas y otros factores del crecimiento, que se mueven a través del floema, lo
cual favorece el enraizamiento de la rama que se encuentra unida a la planta
(Ramírez-Villalobos y Urdaneta-Fernández, 2004). No obstante, de acuerdo con
Hartmann y Kester (2001) la ausencia de luz en la zona donde se formarán las
raíces, la aplicación de reguladores del crecimiento tipo auxinas (ácidos
indolbutírico (AIB) y naftalenacético (ANA)) y la utilización de un sustrato
que suministre humedad continua y temperatura moderada, son otros factores que
favorecen el enraizamiento.
El crecimiento de la raíz es regulado por señales endógenas que mantienen
la actividad del meristemo apical de la raíz y contribuyen con el patrón de
generación de nuevas raíces laterales. Entre ellos, las auxinas juegan un papel
crucial, aunque otras hormonas contribuyen a la conformación de la arquitectura
total de la raíz (Jovanovic et al.,
2008).
La aplicación de auxinas en especies de difícil enraizamiento, es una
práctica útil para la formación de raíces, debido a que acelera la iniciación
radical, aumenta el número de estacas enraizadas, incrementa el número y la
calidad de las raíces, además de proporcionar una mayor uniformidad en el
crecimiento y desarrollo de las raíces (Bacarín et al., 1994).
Las auxinas son un grupo de fitohormonas que funcionan como reguladoras del
crecimiento, provocando el crecimiento por división o elongación de las
células, participan activamente en el desarrollo de la raíz embrionaria y
postembrionaria, así como también en el gravitropismo. Pueden ser sintetizadas
en las partes aéreas de la planta o en los ápices de las raíces primarias y
secundarias (Ljung et al., 2005). En
todas las especies estudiadas hasta ahora, la inhibición del transporte de
auxinas conduce rápidamente a una disminución en el crecimiento de la raíz
primaria (Blilou et al., 2005).
Se ha señalado que con la aplicación de 5000 mg·kg-1 de AIB se
logró un 100% de enraizamiento de acodos aéreos de guayabo en México (Mata y
Rodríguez, 1990). Mientras que en Venezuela, con una dosis de 5000 mg·kg-1
de ANA se indujo un 96% de acodos aéreos enraizados y la utilización como
sustrato de abono de río más espuma fenólica produjo un enraizamiento del 92%
en guayabos (Vilchez et al., 1996).
Por lo antes expuesto, se evaluó el efecto del ácido indolbutírico sobre el
enraizamiento de acodos aéreos en dos variantes de guayabo (Psidium guajava L.) en ramas en activo
crecimiento, en el municipio Baralt, estado Zulia, Venezuela.
MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento se condujo en la Finca RFA, ubicada en el sector Concesión
7, parroquia Libertador, municipio Baralt, estado Zulia, Venezuela (09°36'02” LN, 70°58'33” LO). En este municipio se presentan elementos florísticos
característicos de un bosque seco tropical (Ewel y Madriz, 1968). La zona
presenta una precipitación de 1320 mm, temperatura de 27 °C y humedad relativa
de 77% en promedio anual, según los registros de las estaciones meteorológicas
Mene Grande, estado Zulia y Agua Viva, estado Trujillo (Desarrollo Rural
Sustentable del Municipio Baralt “Declaración de Tomoporo”, 2008). Además, se
presentan dos períodos lluviosos bien definidos, el primero de abril a junio,
registrándose en el mes de mayo el mayor valor (165 mm), y el segundo entre
agosto y noviembre, con el mayor valor en octubre (183,7 mm).
Se utilizaron variantes de guayabo (Psidium
guajava L.) de meso y endocarpio Blanco (dos) y Rojo (cuatro), de siete
años de edad sembradas a 7 x 7 m. Debido a la escasez de individuos con frutos
blancos, sólo se incluyeron dos en este estudio. Como sustrato para el
enraizamiento se utilizó una mezcla de viruta de coco y espuma fenólica rayada
(previamente lavada antes de su uso), en proporción 1:1. La espuma fenólica es
un residuo de la industria de la floristería, caracterizado por ser
biodegradable, de alta capacidad de absorción y retención de humedad
(Vilchez-Perozo, 2004).
Se utilizó un arreglo de tratamientos en parcelas divididas con un diseño
experimental totalmente al azar. Donde el factor de la parcela principal fueron
las variantes y en la parcela secundaria correspondió a la concentración de
reguladores de crecimiento. Para la variante Blanca se utilizaron dos repeticiones
y para la Roja cuatro repeticiones.
Los factores de estudio fueron las variantes de guayabo (Blanca y Roja) y
las concentraciones de AIB (0, 2000,
4000 y 6000 mg·kg-1). La unidad experimental estuvo constituida por
una rama. Dentro de cada planta se seleccionaron 16 ramas vegetativas
semi-leñosas en activo crecimiento y no ramificadas de un (1) cm de diámetro y
40 cm de longitud aproximadamente, incluyendo el meristemo apical. Cuatro ramas
se seleccionaron por cuadrante en los que se dividió cada planta, siguiendo la
orientación de los puntos cardinales. A cada rama se le desprendió un anillo de
corteza de 2 a 3 cm de longitud, a las cuales se le asignaron los cuatro
concentraciones de AIB, haciendo un submuestreo de cuatro ramas por cada nivel
de regulador de crecimiento.
El AIB se aplicó en pasta, la cual se preparó con petrolato puro sin olor
(VaselinaMR). Una delgada película del enraizador se esparció
perimetralmente en el área de la corteza eliminada por el anillo, quedando así
toda la zona impregnada de la pasta, incluyendo el extremo más distal de la
rama, lugar donde se propicia el enraizamento. Posteriormente, se colocó el
sustrato humedecido de manera tal que la zona donde se aplicó el enraizador y
la madera expuesta por el desprendimiento del anillo de corteza quedaron
completamente cubiertas. Luego, una lámina de polietileno transparente (25x25
cm) se utilizó para envolver el sustrato, la cual se amarró firmemente en los
extremos con cordel, con la finalidad de disminuir la pérdida de humedad del
sustrato y para mantener la misma se le aplicó agua cada 15 días con una
inyectadora (Albany et al., 2004).
Once semanas después de realizados los acodos se evaluó el porcentaje de
acodos vivos (AV), acodos enraizados (AE) y acodos con formación de callo (AC),
del total de ramas por tratamiento se calcularon los respectivos porcentajes.
Se determinó el número de raíces por acodo (NRA) y la longitud de la raíz más
larga (LRL) para ello se contaron el total de raíces por acodo y con una regla
se midió la longitud de la raíz más larga en cada uno de los acodos. Los datos
se tomaron al final del experimento y se realizó un análisis de varianza y
pruebas de medias de rangos múltiples de Tukey (Steel y Torrie, 1992) y se
analizaron utilizando el paquete estadístico Statistical Analysis System (SAS,
versión 9.1.3).
RESULTADOS
El análisis de varianza no mostró diferencias estadísticas entre las
variantes de guayabo para ninguna de las variables evaluadas. No obstante, para
AV, AE, NRA y LRL la variante de guayabo Blanco presentó valores de 46,87%;
28,00%; 1,41 raíces·acodo-1 y 11,7 mm, respectivamente y sólo para
AC la variante de guayabo Rojo presentó 10,94%.
Se presentaron diferencias estadísticas significativas para AV y AC
(P<0,04 y P<0,049, respectivamente) por efecto de la concentración del
regulador de crecimiento. Los AE, el NRA y LRL no presentaron diferencias por
efecto de concentración, ni por variante. El mayor porcentaje de AV fue de
62,50% para el testigo. Con las mayores concentraciones de AIB (4000 y 6000
mg·kg-1) el porcentaje de AV no superó el 30% (Cuadro 1). El porcentaje de AE fue de 25% con la
utilización de 6000 mg·kg-1 de AIB, sin diferencias estadísticas con
el testigo (20,83%).
Los AC presentaron una disminución en la medida que se incrementó la
concentración del regulador de crecimiento AIB, el testigo presentó el mayor
porcentaje de AC con 25%, seguido por las concentraciones de 2000 (12,5%) y
4000 mg·kg-1 (4,17%) de AC, sin diferencias estadísticas con el testigo para 2000 mg·kg-1, pero
con diferencias estadísticas para 4000 mg·kg‑1; no obstante,
con la concentración de 6000 mg·kg-1 no se observó la formación de
callo, siendo este último tratamiento diferente estadísticamente con el resto
de los tratamientos (Cuadro 1).
Cuadro 1.
Efecto del ácido indolbutírico (AIB) en el porcentaje de acodos vivos y con
callo en guayabos (Psidium guajava L.)
del municipio Baralt, después de once semanas de aplicado. |
||
Concentración de AIB (mg·kg-1) |
Acodos vivos (%) |
Acodos con callo (%) |
0 |
62,50 a |
25,00 a |
2000 |
45,83 ab |
12,50 ab |
4000 |
20,83 b |
4,17 b |
6000 |
29,17 ab |
0,00 c |
Medias
seguidas de letras distintas en la misma columna difirieron
significativamente (P<0,05) según la prueba de rangos múltiples de Tukey. |
El NRA presentó 2,13 raíces·acodo-1 con la concentración de 6000
mg·kg-1; no obstante, en el testigo fue de 0,58 raíces·acodo-1 y
con la concentración de 2000 mg·kg-1 fue de 0,42 raíces·acodo-1.
Aparentemente, las raíces iniciaron primero con la dosis de 6000 mg·kg-1 de
AIB, generando esto la
respuesta de la LRL en ese mismo tratamiento con 12,9 mm; no
obstante, otras raíces con otras concentraciones de AIB
pudieron haberse iniciado antes y detener
su crecimiento por diversas causas (baja concentración de AIB, sustrato
no apropiado, entre otras). En este último caso, no se presentó una tendencia clara con la utilización del
regulador de crecimiento, ya que las raíces del acodo testigo fue el que siguió
en crecimiento con 8,60 mm, es decir, superó la longitud de las raíces de las
concentraciones de 2000 y 4000 mg·kg-1 de AIB con 7,19 y 6,25 mm,
respectivamente.
Se encontró una correlación significativa y positiva entre AV y AE
(r=0,6338; P<0,0001); entre AE y NRA (r=0,6513; P<0,0001) y entre AE y
LRL (r=0,8593; P<0,0001). Las relaciones encontradas entre las variables
analizadas sugieren que el paso fundamental para la generación de nuevas plantas
es el lograr la emisión de raíces. Por lo que es importante la realización de
un ajuste en las concentraciones del regulador de crecimiento con el fin de
incrementar los valores encontrados para AE.
DISCUSIÓN
Con relación a la variable AV, Vilchez-Perozo et al. (2004) observaron entre 50 y 100% de AV en los genotipos
AgroLUZ-21 y AgroLUZ-42, sin la utilización de reguladores de crecimiento y
empleando como sustrato viruta de coco + espuma fenólica; señalando además que
los acodos vivos que no enraizaron presentaron un diámetro inferior a los que
enraizaron, lo cual podría haber contribuido en el no enraizamiento de los
acodos aéreos de guayabo, al presentar las ramas menor superficie de tejidos
relacionados con la rizogénesis y menor cantidad de reservas. Los resultados
encontrados por estos investigadores fueron similares a los obtenidos por
González et al. (2001), en plantas de
guayabo que crecieron en el Centro de Investigación del Agua (CIA), municipio
Maracaibo, estado Zulia y a los obtenidos en esta investigación con 62,5% de AV
en el tratamiento testigo.
Evidentemente, la respuesta que se produce después de la aplicación de
auxinas en las plantas depende de la velocidad de transporte, donde está
relacionada la concentración del regulador de crecimiento y del órgano tratado
(genotipo, condición fenológica del tejido, nutrición, hidratación, edad,
etc.). Así mismo, la intensidad de la respuesta depende de la longitud de las
secciones tratadas y/o de la concentración del regulador de crecimiento
aplicado (Acosta et al., 2000).
Los resultados obtenidos en esta investigación con relación a los AE, difirió a lo reportado por Gómez et al. (1997) ya que al utilizar plantas
de 4 años de edad y como sustrato humus obtuvieron 40% de AE. Siendo similar a
lo encontrado por Vilchez-Perozo et al.
(2004) en el genotipo AgroLUZ-21 en el cual hubo 37,5% de AE. A su vez, los
resultados de estos dos últimos investigadores difirieron de los encontrados
por Albany et al. (1995), los cuales
reportaron en plantas de guayabo de 5 años de edad un 100% de AE en ramas
lignificadas, utilizando como sustrato una mezcla 3:1 de abono de río y espuma
fenólica. En este sentido, es importante destacar, que el hecho de utilizar en
esta investigación estacas semi-leñosas en activo crecimiento, puedo haber
influenciado el enraizamiento de los acodos obtenidos (en promedio 22,5%).
Estos resultados sugieren que en la presente investigación, el nivel
endógeno de auxinas no fue suficiente para promover el desarrollo de raíces, ya
que el testigo sólo alcanzó un 20,8% de AE, sin diferencias estadísticas con la
concentración de 6000 mg·Kg-1 de AIB (25% AE), además del factor
genético presente en las variantes utilizadas, ya que preliminarmente en otras
variantes de guayabo de la misma zona y con concentraciones superiores, hubo
una mayor respuesta del enraizamiento de los acodos (datos no publicados), sin
restarle importancia a otros factores como por ejemplo el tipo de regulador, la
concentración, el sustrato, la forma de aplicación y el tipo de rama.
Por otro lado, ha sido reportado un 74% de AE en seis semanas con 4000 mg·L-1
de ácido naftalenoacético (González et al.,
2001); mientras que en otra investigación se logró en cinco semanas sin la
aplicación de reguladores de crecimiento entre 25 y 40% de AE dependiendo de
los genotipos utilizados (Vilchez-Perozo et
al., 2004), difiriendo estos resultados con los obtenidos en esta
investigación al alcanzar en once semanas sólo 17 y 28% para las variantes Rojo
y Blanco, respectivamente. Estos resultados evidenciaron que el genotipo y la
condición fisiológica de los tejidos de las ramas utilizadas, tuvieron un papel
determinante en la inducción del enraizamiento de los acodos aéreos de guayabo;
sin descartar el manejo y localidad donde se realizaron los experimentos.
De acuerdo con Albany et al.
(2004) al realizar el acodo aéreo, comúnmente se desprende un anillo de corteza
que en el guayabo tiene la desventaja que al producir una herida se promueve la
multiplicación de células diferenciadas (células parenquimáticas; masa de
callo) hasta llegar a cubrir la zona cortada, uniendo de nuevo el sistema
conductor de fotoasimilados, lo que retrasa el proceso de enraizamiento. En ese
sentido, Calderón (1992) indicó que el callo formado debe eliminarse del
anillo, para que se induzca el enraizamiento. A su vez, esta práctica presenta
inconvenientes, ya que se requiere de tiempo adicional, porque se hace
necesario descubrir los acodos y dependiendo del número de ramas acodadas puede
ser una tarea bastante laboriosa. La formación de callo en esta investigación,
probablemente tuvo un efecto adverso para que se generaran raíces adventicias
en la zona acodada.
Dentro del proceso de formación de raíces adventicias se ha considerado que
éste es dependiente de la formación previa de callo. No obstante, se ha demostrado que en la
mayoría de plantas la formación de callo es independiente de la formación de
raíces adventicias y si ocurren simultáneamente es debido a que ambos están
condicionados por los mismos factores ambientales que los rodean (Salisbury y
Ross, 1994; Burch y McGraw, 1996; Acosta et
al., 2000). En este mismo sentido, las citocininas, promueven la división
celular. Al mantener una relación alta citocinina/auxina luego de la formación
de callo se promueve el desarrollo de yemas, tallos y hojas. Pero si se reduce
esta relación se estimula la formación de raíces (Salisbury y Ross, 1994; Burch
y McGraw, 1996; Acosta et al., 2000).
Es probable, que en esta investigación una relación alta entre estos dos
reguladores de crecimiento no favoreció el desarrollo de las raíces
adventicias, estimulando la formación de callo.
Albany et al. (1995) señalaron que la
multiplicación de células desdiferenciadas (masa de callo) en el guayabo se
promueve al realizar una herida, llegando a cubrir la zona cortada, generando
de nuevo la unión del sistema conductor de fotoasimilados, retrasando de esta
manera el proceso de enraizamiento. En este sentido, se ha indicado que la
organogénesis es un proceso regulado por cambios en los niveles de los
reguladores de crecimiento endógenos (auxinas y citocininas), aun cuando los
balances auxinas/citocininas permiten la regeneración de órganos en una gran
cantidad de plantas, existen casos donde los niveles endógenos de uno u otro
regulador de crecimiento son sub o supra-óptimos (Segura, 1996).
El número y longitud promedio de las raíces presente en los acodos
obtenidos en esta investigación no fueron factores determinantes en la
sobrevivencia de los acodos enraizados, debido a que el número de acodos que
sobrevivieron después de ser retirados de la planta madre fue bajo (5%; datos
no publicados), esto quizás expresado por la correlación de media a baja
observada entre las variables AV y LRL (r = 0,5446; P<0,0001) y entre AV y
NRA (r = 0,4128; P<0,0001) y por supuesto a factores ambientales, genéticos
y de manejo de los acodos después de ser retirados de la planta madre.
Las diferencias presentadas en esta investigación para las variables
evaluadas (acodos enraizados, acodos con callo, número de raíces adventicias y
longitud de la raíz más larga) comparadas con otros trabajos, realizados con
relación al tiempo en el cual se generó la respuesta es un factor también a
considerar. Sharma et al. (1991)
utilizando AIB a 10000 mg·kg-1 en plantas de 8 años de edad lograron
75,75% de acodos enraizados en 2 meses. Dutta y Mitra (1991) alcanzaron 100% de
acodos enraizados cuando las ramas fueron previamente etioladas en la base o
totalmente y luego tratadas con 3000 o 5000 mg·kg-1 de AIB, durante
3 meses. Igualmente, Albany et al.
(2004) alcanzaron 96,43% de AE con 5000 mg·kg-1 de ANA en 3 meses;
estos resultados fueron superiores a los obtenidos por Buitrago y Ramírez (2001) y González et al. (2001) al utilizar 4000 mg·kg-1
de ANA y obtuvieron 74 y 70% de AE, respectivamente. En esta investigación fue
necesario dejar los acodos por casi 4 meses (once semanas) para la obtención de
los resultados presentados.
Evidentemente los tratamientos (tipo de auxinas, concentraciones,
etiolación y tiempo de respuesta), aunado a la constitución genética de las
plantas utilizadas, condiciones agroecológicas y de manejo aplicados en las
investigaciones previamente señaladas (tipo de estacas, lugar de desarrollo de
los experimentos, entre otros) fueron diferentes a las utilizadas en esta
investigación, lo cual pudo generar una respuesta menos favorable al acodado.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La capacidad de responder a las concentraciones de ácido indolbutírico como
inductor para generar raíces adventicias, fue similar en los acodos realizados
en las variantes de guayabos (Psidium
guajava L.), de meso y endocarpio rojo y blanco en el municipio Baralt,
estado Zulia, Venezuela. En tal sentido, la aplicación de ácido indolbutírico
en pasta no promovió la inducción adecuada de raíces adventicias en acodos
aéreos de guayabo.
La condición fisiológica de las ramas, la forma de aplicación y la
concentración del regulador de crecimiento, el tipo de auxina y el sustrato a
utilizar, son elementos importantes a considerar para la evaluación de la
técnica de acodado en las variantes de guayabos del municipio Baralt, estado
Zulia.
AGRADECIMIENTO
Los autores desean expresar su agradecimiento a los propietarios de la Finca RFA, al Proyecto “Desarrollo de variedades mejoradas de guayabo (Psidium guajava L.) mediante selección y preservación de genotipos
promisorios cultivados en huertos comerciales de origen sexual” financiado y
registrado en el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CONDES),
Universidad del Zulia bajo el N° CC-0588-06 y al Programa “Museo de Artrópodos”
N° CC-0931-07 al permitir utilizar parte de las plantas seleccionadas a través
del mencionado programa.
LITERATURA
CITADA
Acosta, E.; M. J. Sánchez B. y M. Bañón A. 2000. Auxinas.
In: J. Azcón-Bieto y M. Talón (Eds.). Fundamentos de fisiología vegetal.
Segunda Edición. McGrawn-Hill. Interamericana de España, S.A. Barcelona,
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Albany, N.; J. Vilchez; J. Gadea; Z. Viloria y C. Castro
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guajava L., mediante la técnica de acodo aéreo con diferentes reguladores
de crecimiento, anillado y sustraro. VI Jornadas Científico Técnicas. Facultad
de Agronomía, Universidad del Zulia. p. 1.
Albany, N.; J. Vilchez; Z. Viloria; C. Castro y J. Gadea.
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