Revista
Científica UDO Agrícola Volumen 10. Número 1. Año 2010. Páginas: 88-93
Redimensionamiento del extensionismo agrícola
como práctica educativa comunitaria ante los embates neoliberales: Bases
conceptuales empezando con un diagnóstico local
Fernando LÓPEZ ALCOCER y Juan
Patricio CASTRO IBÁÑEZ
Departamento de Desarrollo Rural Sustentable, Centro
Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de
Guadalajara. Carretera
Guadalajara-Nogales Km 15,5, Las Agujas, Zapopan, Jalisco, CP 45110, México.
E-mails: flopez@cucba.udg.mx, cij18361@gmail.com y cij18361@cucba.udg.mx Autor para
correspondencia
Recibido: 31/08/2009 |
Fin de arbitraje: 13/10/2009 |
Revisión recibida: 01/02/2010 |
Aceptado: 15/02/2010 |
RESUMEN
El objetivo es rescatar el papel del extensionismo agrícola en México, como modelo educativo
partiendo del individuo como actor social, mejorando las condiciones de vida
familiar e impactando el desarrollo de su entorno, lo que coadyuva la
estabilidad socioeconómica para diversas regiones agrarias y redimensionar el
papel del extensionismo como estrategia educativa
donde los actores sociales son concebidos como sujetos promotores de su
aprendizaje y creadores de proyectos de vida individual y comunitaria que
posibilita sobrevivir a los embates del neoliberalismo. Para la reconstrucción
del modelo educativo y sus estrategias operativas, se documenta el abandono del
campo mexicano, partiendo de cambios normativos en los otorgamientos del
crédito agropecuario, desaparición de precios de garantía, asistencia técnica y transferencia de
tecnología, que junto con la organización de productores, eran elementos nodales
del modelo. Para la revalorización y adecuación del modelo educativo, se
analiza bajo el enfoque del desarrollo humano sustentable, involucrando
elementos como fuerza del trabajo, abandono de actividad agropecuaria,
envejecimiento de productores y femenización de la
agricultura. El marco teórico-metodológico reconoce que los campesinos son
sujetos activos como actores sociales, generan alternativas y espacios de
aprendizaje y toma de decisiones que contrarrestan al modelo neoliberal. El Extensionismo Agrícola, se erige como proceso educativo comunitario,
que adecuado a los escenarios actuales pudiera generar alternativas viables
donde los actores sociales retomen el papel central y definan su estilo de
desarrollo partiendo de la reflexión de su papel social y su potencial humano.
ABSTRACT
The objective is to rescue the role of agricultural extension in Mexico
as educational model based on the individual as social actor, improving the
family living conditions and impacting the development of their environment,
contributing to socio-economic stability to various agricultural regions and to
reassess the extension role as an educational strategy where social actors are
conceived as promoter subjects of their learning and creators of individual and
community life projects that enables survive to the effects of neoliberal. For
the reconstruction of the educational model and its operational strategies, the
abandonment of rural Mexico is documented, based on normative changes in the
agricultural credit awards, the disappearance of guaranteed prices, technical
assistance and technology transfer, which together with the producer
organization were core elements of the model. For the empowerment and adequacy
of the educational model is analyzed under the sustainable human development
approach, involving items such as workforce, abandonment of agricultural
activity, aging of farmers and feminization of agriculture. The theoretical and
methodological framework recognizes that farmers are active subjects as social
actors; create alternatives and opportunities for learning and decision making
which counteract the neoliberal model. Agricultural Extension, stands as a
community educational process that appropriate to the actual scenarios could
generate viable alternatives where social actors resume their central role and
define their development style based on the reflection of their social role and
human potential.
Key words: Agricultural extension, farm
production unit, economics neoliberalism, natural resources, community
education process
INTRODUCCIÓN
El extensionismo
había sido una práctica común en comunidades rurales de México, las políticas
neoliberales propiciaron el abandono de este modelo, arrastrando los objetivos
de aproximadamente el 80% de los productores nacionales que practicaban una
agricultura de subsistencia, incidiendo en el incremento de venta de fuerza de
trabajo en labores no agrícolas, feminización, envejecimiento de los
responsables de sistemas de producción, el abandono de tierras agrícolas y su
venta, entre otros. Situación que redimensiona al extensionismo
bajo el enfoque del desarrollo humano sustentable, ante la falta de un proyecto
que priorice y garantice a campesinos el papel de promotores de aprendizaje,
creadores de proyectos individuales y comunitarios capaces de sobrevivir
al embate neoliberal.
Los objetivos del artículo, es rescatar el papel del extensionismo
agrícola en México, como modelo educativo, partiendo del individuo como actor
social, mejorando las condiciones de vida familiar e impactando el desarrollo
de su entorno, lo que coadyuva la estabilidad socioeconómica para diversas
regiones agrarias y como segundo
objetivo, redimensionar el papel del extensionismo
como estrategia educativa, donde los actores sociales son concebidos como
sujetos promotores de su aprendizaje y creadores de proyectos de vida
individual y comunitaria que posibilitan sobrevivir a los embates del
neoliberalismo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para la redimensión, se
construye un diagnóstico de los impactos económicos instrumentado en México,
subrayando el sector agropecuario; se elabora sobre la organización de la
unidad económica campesina y su apropiación social del territorio, valorando
elementos que permiten su reproducción
social; además se analizan los recursos naturales y el medio ambiente en la
interrelación hombre-naturaleza.
RESULTADOS
A pesar de más de 20
años de cambio de modelo económico, no se define la importancia del sector
social, las opiniones versan desde una prioridad hasta el menosprecio y
abandono, apostando el desarrollo agrícola en medianos y grandes empresarios
con visión de mercado. Así se construye el diagnóstico.
Políticas generales
La crisis económica de
México en los años ochentas establece el parteaguas de los modelos de desarrollo instrumentados en
el país. En décadas anteriores se estableció un patrón basado en la sustitución
de importaciones, caracterizándose por fomentar el crecimiento de la industria.
En el proceso de industrialización el papel del sector rural fue el de
proporcionar materias primas a bajo costo, transferencia de mano de obra y
productor de alimentos (Ramírez et al.,
1995; Rubio, 2001).
Para apoyar, el Estado diseñó
instrumentos de política agrícola: fijación de precios de garantía, acopio y
comercialización de cosechas, fomento a
la investigación, generación de variedades de alto rendimiento y tecnologías
ahorradoras de mano de obra, la divulgación, además del incremento de recursos
canalizados a irrigación, acompañadas de créditos blandos con tasas de interés
más bajas a la del mercado del dinero y subsidios a insumos agrícolas
elaborados por el Estado. Ese paquete de políticas lo operó el Estado y la
comunicación, transferencia tecnológica y capacitación se estableció por medio
de un modelo educativo no formal: el extensionismo.
Las bondades del modelo y sus medidas
fueron debilitándose debido a la construcción de infraestructura, la
utilización de semillas mejoradas para zonas de riego, el nulo incremento de
precios de garantía en una década, pero también a la planeación vertical,
imponiendo programas y proyectos ajenos a objetivos e intereses de campesinos
quienes no los sentían propios; además a la excesiva burocracia que impulsó el extensionismo.
Los dos elementos que facilitaron la
instrumentación de las políticas agrícolas fueron el auge petrolero y el
endeudamiento externo. Esta situación continuó hasta 1981. A partir de 1982, se
contrajo la economía por varios factores: la caída del precio del petróleo,
provocada por la contracción en la demanda de parte de los países desarrollados
y el incremento de las tasas de interés internacionales. En 1983, México
revierte el proceso económico, a través de dos elementos: a) ajuste estructural
y, b) reformas institucionales.
Ajuste
estructural
Se implementó a través de la
instrumentación de las siguientes políticas: cambiaria, liberación comercial,
fiscal, precios y subsidios y crédito. Este ajuste impactó a la agricultura con
la política cambiaria a través de la devaluación, se esperaba que al adquirir
el peso su tasa real, los precios de productos agrícolas mejorarían, aumentando
su rentabilidad sobre todo para los productos de exportación.
La liberación comercial inició su
instrumentación en 1985 dándose rápidamente, es así, que en 1982 se
restringieron las importaciones al 100% y actualmente fue abierto el mercado en
productos protegidos (maíz, fríjol, leche en polvo, huevo y carne de pollo).
El Estado instrumenta el proceso de
apertura comercial buscando colocar en mejores condiciones a las exportaciones,
además de mayor competitividad de la planta productiva. El proceso de
liberalización y diversificación consistió en la fijación de aranceles por
debajo de los determinados por el GATT, con el fin de obtener reciprocidad a
las exportaciones mexicanas. Los esfuerzos del Estado para incrementar
exportaciones, no tuvieron mayor impacto económico por las medidas
proteccionistas en otros países.
Una de las medidas del ajuste
estructural, fue la reducción de
subsidios que repercutió en el modelo extensionista: asistencia técnica,
organización de productores, crédito, investigación, insumos agropecuarios
producidos por el Estado como fertilizante, semillas y plaguicidas, la
consecuencia, fue el debilitamiento del modelo de educación agrícola. Esto,
aunada a una política de crédito encaminada a la disminución del recursos
fiscales, incremento de tasas de interés
y mayor selectividad al sujeto de crédito, redondearon un golpe mortal al extensionismo agrícola mexicano.
Reforma
institucional
Las reformas se reflejan en tres formas,
las dos primeras con consecuencias en la desaparición del extensionismo.
La primera, el adelgazamiento y retiro del apoyo y de regulación de actividades
agropecuarias; proceso a través del retiro de personal, principalmente,
extensionistas y ligado al modelo educativo como trabajadores sociales,
antropólogos, sociólogos; la segunda, con la venta de empresas públicas
descentralizadas, como lo fueron: Fertilizantes Mexicanos (FERTIMEX), Compañía
Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), Comisión Nacional de
Fruticultura (CONAFRUT), Aseguradora Agrícola y Ganadera, Sociedad Anónima
(ANAGSA), etc.
La tercera forma fue la transferencia de
funciones que desarrollaban los extensionistas hacia los campesinos y
organismos privados, buscando la promoción de la capacidad empresarial de
productores a través de lo que se denomina reconversión productiva, que sin ser
un enfoque negativo, dista mucho de la lógica productiva del campesino:
productor de alimentos, no de mercancías; en cuanto a las funciones que
desarrollaban los extensionistas, por ejemplo, la asistencia técnica por medio
de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación (SAGARPA), fue transferida a técnicos privados o bufetes
agropecuarios que con visión económica
disminuyeron la visión socio-educativa.
La base
campesina de México
El impacto negativo fue brutal,
principalmente en campesinos que practican una agricultura tradicional,
sustentando sus actividades en unidades de producción familiar campesinas
(UPC), siendo el equilibrio entre la fuerza de trabajo, tierra y capital, desarrollando
sistemas de producción que se caracterizan por la interdependencia
agrícola-pecuaria-forestal, con actividades migratorias, donde la mayor parte de la producción es de
autoconsumo y una pequeña porción para venta. Estos campesinos difícilmente podrán
sumarse a un proyecto nacional generalizador tendiente a privilegiar sistemas
de producción donde la lógica es la ganancia y especialización.
La reproducción social de las unidades de
producción está en función de la fuerza de trabajo, tierra y capital, en relación con
sistemas mayores: comunidad, región,
estado y país (y aún otros
países), y las normas y procedimientos, leyes y programas instrumentados por el
Estado. Esas relaciones se debilitan por la falta de armonía entre la cantidad
de mano de obra disponible (elemento central de la UPC) y a las horas
diarias requeridas por el trabajo agrícola, los ciclos de cultivo por año, por
el acceso a los recursos naturales y calidad, además de la disponibilidad de
maquinaria, equipo y herramienta (López,
et. al., 2008).
Adicionalmente al acceso a los recursos
naturales en calidad y cantidad por parte de la UPC, el medio ambiente
favorable o desfavorable determina las posibilidades para el cultivo y producción de especies
vegetales y animales. Para comprender el modo campesino de producción, debe
verse con un enfoque holístico, involucrando elementos como; población, medios
de producción y diversos servicios proporcionados por el Estado y particulares,
sin perder de vista los tres elementos centrales del desarrollo humano
sustentable: la rentabilidad económica, la equidad sociocultural y la
estabilidad del ecosistema.
En los campesinos, la fuerza de trabajo
se convierte en elemento organizativo en la búsqueda de su reproducción social.
La venta de esta fuerza es en dos niveles: a) En la propia comunidad en
actividades agrícolas como jornaleros, medieros y producciones al tercio, como
recolectores de leña y su venta como tal o transformada en carbón y de otros
subproductos del bosque como la recolección de resina. En actividades no
agrícolas como la elaboración de artesanía, el comercio y los servicios. b)
Fuera de la comunidad, de la región y del país, en donde las actividades
principales se dan en el ramo de la agricultura, la construcción y servicios. De
esa forma, la apropiación social del territorio incide en la productividad y
remuneración de las UPC por elementos como la ubicación ventajosa de la
explotación en relación con el mercado, situación de mercado, relaciones
sociales locales de producción, formas organizativas del mercado local y, el
carácter de la penetración del Estado.
La apropiación del territorio se da
porque la dinámica de la actividad campesina no es autónoma, está influenciada
por el sistema, imponiéndole la necesidad de adaptársele. Con ese enfoque, al
campesino se le asigna el papel de proveedor de mano de obra, a través de la
venta de fuerza de trabajo, ya sea por períodos estaciónales o más largos,
dándose una relación de mercancía-dinero-mercancía (Palerm,
1982).
La relación con los mercados de trabajo
se acentúa y es favorecida por el exceso de fuerza de trabajo, carencia de
medios de producción, duración de la jornada de trabajo, la estacionalidad del
sistema de producción, la cantidad y calidad de los recursos naturales, por las
características del medio ambiente y por limitantes de los programas del Estado (referidos a la
producción).
Esas situaciones propician bajas
intensidades de trabajo al interior de la UPC, lo que incrementa la venta de
fuerza campesina fuera de la unidad, permitiendo que la UPC, en base a sus
objetivos particulares y la racionalidad de estos, defina la organización
interna propicia, posibilitando el desarrollo de estrategias particulares, que
respondan a su modo de producción y a la
capacidad de venta. Esa estrategia permite cumplir con sus objetivos y facilita
la adaptación a las condiciones económicas cambiantes, con la finalidad de que
la UPC siga unida, asegurando su supervivencia y reproducción.
Los recursos
Naturales y el medio ambiente
Los recursos naturales son elementos
fundamentales para el desarrollo humano sustentable, son la base de las
actividades agrícolas y juegan un papel central en la promoción del desarrollo;
se debe a que su vocación y calidad determinaran qué producir en un ecosistema.
Cada ecosistema requiere del manejo
adecuado y racional de los recursos, de tal manera que su explotación agrícola
esté en función de su capacidad de regeneración natural. En ese sentido, un
avance fuerte será el reconocer la calidad y cantidad de los recursos naturales
que, en interacción con el medio ambiente y el sociosistema
local; permitirá conocer su vocación productiva.
En la relación hombre-naturaleza, surgen
problemas al instrumentar actividades para el proceso de producción agropecuaria,
debido a que, en el afán (legítimo) por
satisfacer sus necesidades básicas, provocan la desestabilización de algunos
ecosistemas. La desestabilización desde el punto de vista agropecuario de un
ecosistema, se da por la sobreexplotación de los recursos naturales, por el
tipo de explotación sin tomar en cuenta la vocación productiva del medio, por
el uso intensivo de tecnologías que abusan de los plaguicidas y otros insumos
de origen químico y por prácticas de labranzas intensivas o inadecuadas.
Las consecuencias que se observan son las
pérdidas o deterioro del recurso a causa de procesos de erosión,
desertificación, pérdida de flora nativa, contaminación de aguas superficiales
y subterráneas y azolve en los lagos y lagunas con sus repercusiones sobre la
fauna y flora acuáticas.
DISCUSIÓN
Ante los embates del Neoliberalismo y los procesos de globalización de la economía mexicana que han impactado en las reestructuraciones de la vida política, económica, así como la modificación de las relaciones de los diferentes actores sociales. Los individuos tienden a convertirse en actores activos, como individuos que buscan estrategias de sobrevivencia para luego construir proyectos colectivos, por lo que es necesario repensar el papel del Extensionismo Agrícola como una práctica educativa comunitaria.
Debe asumirse como un modelo educativo comunitario, que parte de
considerar elementos de un diagnóstico de la comunidad. En ese sentido, la
filosofía del modelo educativo, deberá de reconocer al campesino como un actor
del desarrollo humano sustentable. Personajes que están en la búsqueda de mejorares condiciones; que su cosmovisión
es holística, integrando en un mismo plano las dimensiones sociales,
económicas, culturales, políticas y educacionales.
Esa cosmovisión le permite la construcción conceptual de su realidad
social, con impacto en el entorno bajo consideraciones morales y éticas, donde
se privilegia el respeto al uso, manejo y conservación de los recursos
naturales (Villaseñor, et. al.,
2008).
La organización social campesina privilegia la solidaridad y las redes
sociales como un medio de convivencia y reproducción; a partir de ello
desarrolla conocimientos, habilidades y destrezas, lo que permite la toma de
decisiones en función de las características de la unidad de producción
campesina y el sociosistema que lo rodea.
Los campesinos adaptan su organización social y sus procederes a partir
de sus propias necesidades y potencialidades, respetando el medio y la opinión
de los campesinos y pobladores. El trabajo de los campesinos es permanente y participa toda
la familia, estando en función de sus necesidades de consumo, por lo que
cualquier modelo de extensión deberá partir de
los pobladores para fomentar el arraigo y la apropiación de las acciones.
El estilo de desarrollo que se requiere es el de “base”; tratando de fomentar
la rentabilidad económica, la equidad sociocultural y la estabilidad del
ecosistema.
El papel del
extensionista, deberá ser el de faciltador-educador
de los procesos de aprendizaje, con un liderazgo democrático, fomentando la
apropiación social de los conocimientos, por lo que deberá ser sensible a las
problemáticas locales, vislumbrándose como un transformador de las realidades
sociales.
El modelo de extensión
deberá ser de prioridad nacional, concatenando los apoyos del Estado a las
necesidades de los campesinos, promoviendo valores y actitudes positivas, y
enseñando a tomar decisiones para la resolución de problemas, valorando al
sujeto activo y sus efectos.
Para la implementación se debe de contar
con una política de apoyo: inversiones en infraestructura, transporte y
comercialización; acceso al crédito y a la asistencia técnica; investigación,
educación y extensión; seguro agrícola y organización de campesinos; generación
de nueva tecnología amable con el medio ambiente; disponibilidad de insumos en
el mercado; acceso al mercado para los productos; incentivos a la producción; y
como aceleradores de esos elementos: la educación a los agricultores, formación
humanística de los extensionistas y programas locales de coordinación.
Para consolidar un modelo de
extensionismo innovador, las Universidades y los
Centros de Investigación, deberán de
formar profesionistas con sentido
humanista, donde la comunidad y el extensionista se retroalimentan a través del
diálogo. Lo anterior es parte del pensamiento de Paulo Freire (1970) que define; “nadie enseña a nadie, todos nos educamos
en comunidad”.
El profesionista que pretenda
dedicarse a la actividad de la extensión, no le basta contar con conocimientos
disciplinares, tendrá que conocer muy bien la dinámica de los grupos sociales
donde incide, por lo que deberá tener nociones de economía, antropología,
teoría organizacional y política, para
comprender las actitudes de los actores sociales, con el fin de orientar en las
estrategias viables en la organización
del trabajo, modelos productivos, formas de administración de los recursos
económicos y naturales, todo lo anterior en beneficio de la colectividad y su
desarrollo como producto de un proceso educativo y construcción de un proyecto
de vida consensado (Freire, 1976; De Schuffer, 1982;
Castro, 2006).
El
extensionista debe asumir el rol como miembro activo de la sociedad del
conocimiento y está llamado a auto-formarse como un ser humano sensible, capaz
de escuchar y aprender de la comunidad con el fin de entender sus problemas,
para luego buscar en conjunto (comunidad- extensionista) soluciones consensadas
orientadas a lograr el desarrollo humano
sustentable (Castro, et. al., 2008).
CONCLUSIONES
El extensionista debe de asumirse como
actor clave, al ser facilitador para el rescate del conocimiento tradicional,
las innovaciones y adaptaciones tecnológicas, para orientar a los actores
sociales sobre su potencial organizativo que les ha permitido
reproducirse y coexistir ante los embates del Neolibelarismo,
gracias a un cúmulo de capital social obtenido través del tiempo y trasmitido
de generación en generación
LITERATURA
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El perfil profesional del médico veterinario zootecnista en la reestructuración
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AGRÍCOLA