Revista
Científica UDO Agrícola Volumen 10. Número 1. Año 2010. Páginas: 68-75
Variabilidad espacial de la
temperatura superficial del suelo y de algunas variables de producción en
cultivos de crisantemo bajo invernadero
Spatial variability of soil
surface temperature and of some variables of production in greenhouse
cultivation of chrysanthemum
Recibido: 09/12/2009 |
Fin de arbitraje: 20/10/2010 |
Revisión recibida: 07/12/2010 |
Aceptado: 20/12/2010 |
En un cultivo de crisantemo bajo invernadero, variedad Delistar, se estudió la relación entre la temperatura
superficial del suelo, la altura, el peso de las plantas y el diámetro de la
flor, al momento de hacer la cosecha. Se encontró correlación estadísticamente
significativa entre el peso de la planta, su altura y el diámetro de su flor.
Mediante un diseño anidado se estudió el efecto de la distancia de muestreo
sobre las variables analizadas. Se estudiaron 4 distancias: 30 m, 10 m, 5 m y
0,80 m, encontrándose que la mayor parte de la variabilidad, en todas las
variables, se presentó en distancias menores a 0,80 m, con muy poca acumulación
de variabilidad a distancias mayores a 5 m. Para utilizar las variables
trabajadas con fines predictivos se recomienda hacer los muestreos de manera
aleatoria y caracterizarlas con su valor promedio.
Palabras clave: Diseño anidado,
temperatura del suelo, crisantemo, variabilidad espacial.
In a commercial greenhouse cultivation of chrysanthemum Delistar variety, the relation between superficial
temperature of soil, height and weight of plants as well as flower diameter to
the moment of harvest were studied. There was only statistically significant
correlation between the weight of plants, with their height and diameter of
their flower. A nested design was used to study the effect of sampling distance
on tested variables. Four distances were studied: 30 m, 10 m, 5 m and 0,80 m, we found that most of the variability, in all
variables, are presented for distances less than 0,80 m, with very little
accumulation of variability at distances greater than 5 m. To use the variables
worked with predictive purposes it is recommended that a random sampling and
characterized by its average value.
Key words: Nested design, soil temperature,
Chrysanthemum, spatial variability
INTRODUCCIÓN
La temperatura del suelo influye sobre la
actividad de las raíces y de los microorganismos en él. Según el cultivo, una
temperatura demasiado alta o demasiado baja puede inhibir el desarrollo y
funcionamiento de la planta. La temperatura de las capas superficiales del
suelo influye sobre la germinación de semillas y sobre la emergencia y
crecimiento de plántulas y raíces. Se han observado problemas con germinación
en suelos arenosos en el trópico debido a las temperaturas máximas altas
durante el día en las capas superficiales (Forsyte,
1996; Hillel, 1998).
El valor de la temperatura del suelo y su variación en
el tiempo y en el espacio determinan las tasas y direcciones de los procesos
físicos y de los intercambios de energía y masa que se dan entre el suelo y la
atmósfera (Hillel, 1998).
La capacidad que tiene el suelo de transmitir calor,
es decir, la conductividad térmica, depende de su composición y contenido de
materiales orgánicos y minerales, así como de su contenido de agua y su
aireación y es especialmente sensible a la organización de los sólidos que
aquel posea (estructura y porosidad). Un suelo mojado se calienta menos que uno
seco cuando absorbe cierta cantidad de calor y viceversa. La conductividad
térmica de un suelo se reduce al secarse (Forsyte,
1996; Hillel, 1998).
Según el Soil Survey Staff (SSS, 1999), los
procesos biológicos en el suelo están fuertemente controlados por su
temperatura. A temperaturas entre 0 y 5 °C la germinación de muchas semillas y
el crecimiento de las raíces de muchas plantas es
imposible. Cada planta tiene sus requerimientos específicos de temperatura y éstos son altos (24 °C o más) en condiciones tropicales. Ésto también ocurre con las necesidades de la fauna del
suelo para su supervivencia.
El uso de las cubiertas sobre el suelo ha
sido una práctica de manejo utilizada durante siglos para generar una relación
térmica suelo-agua-planta favorable. Cuando se usan cubiertas de plástico
transparente hay un incremento en la temperatura del suelo hasta profundidades
que, en Puerto Rico, fueron de 22.5 cm (Rivera et al., 1990) y en Chile
de 15 cm (Misle y Norero,
2002). Este resultado se ha llamado “solarización” o “efecto invernadero”.
Dicha práctica también disminuye las pérdidas de agua por evaporación, debido a
la condensación de ésta bajo la cubierta. La interacción de estas dos
características hace que mejoren el rendimiento y la calidad de los cultivos y
que se aceleren la floración y el llenado de frutos (Rivera et al.,
1990).
Los sistemas de siembra influyen en el
comportamiento térmico del suelo. Chidichimo y Asborno (2000) obtuvieron diferencias significativas entre
el número de días requeridos para la germinación de plantas de trigo en Argiudoles de Argentina, cuando compararon dos sistemas de
siembra: siembra directa (SD) y labranza convencional (LC). Con el sistema de
SD el nacimiento de las plantas se produjo a los 16 días después de la siembra,
5 días más tarde que con la LC. Con la LC también obtuvieron mayor porcentaje
de emergencia, mejor establecimiento del cultivo y mayor producción de materia
seca, lo que atribuyeron a unas mejores condiciones termohídricas
(mayor temperatura y menos humedad) con este sistema de labranza.
La temperatura del suelo se ha
determinado como una característica fundamental en el desarrollo de la raíz y
en la germinación de muchas especies de plantas en floricultura. En Crisantemo
se ha establecido que el medio de enraizamiento debe tener temperaturas entre
18 y 21 °C (Infoagro, s.f.a)
y que la temperatura óptima del suelo para su desarrollo es de 18 °C (Sabatergrup, s.f.). Además, se ha observado que un
marchitamiento ocasional de las hojas puede deberse a la presencia de bajas
temperaturas en el suelo (Infoagro, s.f.a).
En Aster se
recomienda tener una temperatura en el suelo de 21 °C para favorecer la
germinación y, una vez producida la germinación, reducir la temperatura por
debajo de este valor pero manteniéndola por encima de 15 °C, hasta el momento
del trasplante (Sakata, 2007). En Gérberas
se sabe que la temperatura del suelo ejerce un efecto positivo sobre el
diámetro de la flor, la velocidad de la floración y sobre la longitud del
pedúnculo y se recomienda que esa temperatura no sea menor a los 14 °C (Infoagro, s.f.b), estando la
óptima entre 18 y 20 °C (Sabatergrup, s.f.). Se ha
establecido que en los suelos fríos se bloquea la asimilación de hierro por
estas plantas produciéndose una clorosis intervenla en las hojas (Infoagro, s.f.b).
Para la germinación y desarrollo de la
radícula del Lisianthus se deben tener temperaturas
en el suelo de entre 20 y 22 °C; desde aquí hasta el trasplante, mantener la
temperatura entre 18 y 20 °C, reduciéndola a 17 ó 18 °C durante la última
semana de este periodo (PanAmericanSeed, 2005).
Bongiovani (2004) establece que existe una gran variabilidad en
las propiedades del suelo y, por ende, en los rendimientos que se obtienen en
él. Además, dice que el suelo puede variar espacialmente en sus propiedades
físicas y químicas, siendo una parte de esa variabilidad natural y otra debida
al manejo que se hace en él. Ovalles (1992) comenta
que la variabilidad depende de la propiedad que se considere y que las químicas
varían más que las físicas, así como que la variabilidad es mayor en aquellos
suelos que están siendo sometidos a uso que en los que están en su condición
natural.
Goovaerts (1998) establece que detrás de un aspecto
aparentemente errático puede haber alguna estructura espacial relacionada con
la acción combinada de algunos procesos físicos, químicos y biológicos que
actúan a diferentes escalas espaciales y cuyo efecto puede ser determinado,
según Webster y Oliver (2007) y Montgomery (1991),
categorizando la población en diferentes niveles o jerarquías de modo que se
haga un muestreo para estimar la contribución de la varianza de cada nivel a la
variabilidad total del atributo en cuestión.
Webster y Oliver (2007) resaltan el aporte que pueden hacer
los diseños anidados al estudio de la variabilidad espacial de las propiedades
del suelo, al fraccionar la varianza en diferentes distancias de muestreo.
Aplicaciones de este método de trabajo en suelos han sido hechas por Peña et al. (2009) en Inceptisoles
de los Llanos Orientales de Colombia, por Ovalles y
Rey (1994) y Ovalles (1991) en Venezuela, por Abril y
Ortiz (1996) y Castillo y Gómez (1995) en Andisoles del
Oriente Antioqueño, y por Lopera y López (1997) en cultivos de flores bajo
invernadero, también en el Oriente Antioqueño.
Yates et al. (1988) estudiaron la
variabilidad espacial y temporal de la temperatura superficial en un suelo
desnudo y en la canopia de un cultivo de algodón en
Arizona en un campo de 1 ha y en 5 épocas diferentes. Encontraron dependencia
espacial de la temperatura con rango variando entre 18 y 40 m.
Con el presente trabajo se pretende establecer si hay
relación entre la temperatura del suelo medida a 10 cm de profundidad y tres
propiedades de calidad de las flores de crisantemo cultivadas bajo invernadero:
peso del tallo, diámetro de la flor y altura de la planta. Además, hacer un
estudio exploratorio sobre la variabilidad espacial de las variables
seleccionadas.
El
estudio se llevó a cabo en un cultivo de flores, bajo condiciones de
invernadero, ubicada en el sector de Llano Grande, Oriente Antioqueño, con coordenadas
6° 8’ 31’’ N, 75° 25’ 15’’ W. Se trabajó con flores de crisantemo, variedad Delistar, sembradas en camas de 30 m de largo por 1.20 m de
ancho.
Los
suelos en que se desarrolla este cultivo, según resultados de análisis de
laboratorio hechos el 2 de mayo de 2007, son de reacción neutra (pH alrededor
de 6,8), tienen una conductividad eléctrica alrededor de 0,6 dS m-1, presentan texturas medias (franco
limosas) y densidad aparente baja (0,69 Mg m-3). Tienen contenidos
relativamente altos de P, K, Ca, Mg, NO3-, S, Fe, Mn, Zn
y B, con valores de alrededor de 78, 324, 3739, 512, 300, 100, 223, 33, 2,2 y
0,93 ppm, respectivamente. Sólo el Cu se encuentra en cantidades relativamente
bajas (0,6 ppm).
Las variables
evaluadas fueron:
·
T: Temperatura del
suelo a 100 mm de profundidad, medida con un termómetro digital y precisión de
0,01 °C. La lectura se hizo a una distancia aproximada de 100 mm de la planta
seleccionada para las determinaciones biológicas.
·
P: Peso del tallo
con la flor, cortado en el cuello de la planta, medido con una balanza colgante
de resorte y precisión de 0,1 g.
·
D: Diámetro de la
flor medido con una regla y precisión de 1 mm.
·
A: Altura de la
planta desde la superficie del suelo hasta la parte superior de la flor, medida
con flexómetro y precisión de 1 mm.
La toma de datos se hizo siguiendo un diseño anidado
en el cual los niveles correspondieron a diferentes distancias de muestreo
(Figura 1), así:
· Nivel 1: 30 m. Corresponde a una cama de cultivo.
· Nivel 2: 10 m. Corresponde a una tercera parte de la
cama de cultivo.
· Nivel 3: 5 m. Es un eje que se ubica en el centro del
tercio de la cama de cultivo seleccionado para el nivel 2.
· Nivel 4: 0,8 m. Dos puntos ubicados en cada uno de los
extremos del eje de 5 m. En cada uno de los puntos del nivel 4 se hicieron 2
determinaciones que sirvieron de replicaciones.
Para llevar a cabo el muestreo se seleccionaron, al
azar, 6 camas (nivel 1) en una nave compuesta por 12. Se dividió el largo de
cada cama en 3 porciones iguales y se seleccionaron, también al azar, dos de ellas
para conformar el nivel 2. En la parte central de cada porción de cama
seleccionada en el nivel 2 se delimitó un eje de 5 m de longitud y en los
extremos de este eje se ubicaron líneas perpendiculares a él y centradas de
0,80 m de longitud. En los extremos de la última línea se hicieron dos
determinaciones de cada variable, espaciadas 0,20 m, que se tomaron como
replicaciones para establecer el error en el análisis de varianza. Se definió
así un diseño anidado con 4 niveles en el cual se replicó 6 veces el nivel 1 y
2 veces los demás, lo que dio un total de 6 x 2 x 2 x 2 x 2 = 96 muestras.
Los resultados obtenidos con todas las variables
evaluadas fueron sometidos a análisis estadísticos exploratorios para estudiar
sus propiedades, luego se hicieron análisis de correlación y de regresión
lineal simple y múltiple entre la temperatura (variable independiente) y las
variables biológicas de la planta (dependientes) y, finalmente, análisis de
varianza anidado a cada una de las variables para estimar el efecto de las
distancias de muestreo sobre la varianza de las mismas. Todos estos análisis
estadísticos se hicieron con el programa Statgraphics
5,1 plus.
En el Cuadro 1 se presentan los valores
de los estadísticos que caracterizan las variables evaluadas. El peso de la
planta presenta alta variabilidad (coeficiente de variación de 21,89 %) y su
distribución no se ajusta a una distribución normal (valor p de Shapiro-Wilk < 0,05). Las demás variables presentan
coeficientes de variación bajos y todas, incluyendo el peso, tienen
distribuciones simétricas.
Cuadro 1.
Principales estadísticos de las variables analizadas. |
||||
Estadístico |
Temperatura (°C) |
Peso planta (g) |
Altura planta (cm) |
Diámetro flor (cm) |
Tamaño de la muestra |
95 |
94 |
96 |
96 |
Promedio |
20,28 |
56,94 |
108,5 |
15,0 |
Mediana |
20,3 |
55,0 |
109,0 |
15,0 |
Varianza |
0,1956 |
155,37 |
53,3 |
3,3 |
Desviación
estándar |
0,4423 |
12,47 |
7,3 |
1,8 |
Coeficiente
de variación (%) |
2,18 |
21,89 |
6,73 |
12,12 |
Valor mínimo |
19,4 |
30,0 |
91,0 |
9,7 |
Valor máximo |
21,4 |
85,0 |
126,0 |
19,0 |
Rango |
2,0 |
55,0 |
35,0 |
9,3 |
Cuartil inferior |
19,9 |
50,0 |
103,0 |
13,7 |
Cuartil
superior |
20,5 |
65,0 |
114,0 |
16,0 |
Asimetría estandarizada |
1,26373 |
1,74103 |
-0,2066 |
0,9473 |
Kurtosis estandarizada |
-0,411674 |
-0,01393 |
-0,9157 |
0,5542 |
Valor p de Shapiro-Wilk |
0,09662 |
0,000965 |
0,4520 |
0,0803 |
La Figura
2 muestra valores extremos (outliers): uno en la
temperatura y dos en el peso de la planta. También se presentan valores
anómalos, aunque no extremos, en el diámetro de la flor. En la altura de la
planta no se presentaron valores ni extremos ni anómalos. Al analizar los
valores extremos no se encontró ninguna explicación para su presencia y la
causa más probable de ellos es que sean producto de errores en las mediciones
hechas por lo que, teniendo en cuenta ésto, además de
que el tamaño de la muestra es grande y el número de aquellos valores es bajo
en cada variable, se optó por eliminarlos de la base de datos (Webster y Oliver, 2007).
Los
resultados del análisis de correlación entre todas las variables se exponen en
la Cuadro 2. Se presentó un coeficiente de correlación lineal positivo, y
significativo al 99 %, entre el peso de la planta con su altura, y negativo
entre la altura y el diámetro de su flor. Entre el peso de la planta y el
diámetro de la flor hubo correlación estadísticamente significativa al 99 %,
positiva y no lineal. Contrario a los resultados reportados por Infoagro (s.f.b) para gérberas, no se presentó correlación significativa entre la
temperatura superficial del suelo y las variables de calidad de la producción,
probablemente debido a que el rango de variación de esta propiedad edáfica es
muy estrecho y sus valores se mantienen dentro de la temperatura óptima para el
desarrollo de este cultivo.
Cuadro 2. Matriz de coeficientes
de correlación de Pearson y de Spearman entre las
variables analizadas (T: Temperatura del suelo; P: Peso de la planta; A:
Altura del tallo; D: Diámetro de la flor). |
||||||
Pearson
|
Spearman
|
|||||
|
T |
P |
A |
T |
P |
A |
T |
1 |
|
|
1 |
|
|
P |
0,1985 |
1 |
|
0,1604 |
1 |
|
A |
0,1152 |
0,3734** |
1 |
0,1412 |
0,3020** |
1 |
D |
0,0653 |
0,5560** |
-0,0303** |
0,1104 |
0,5755** |
-0,0229 |
** Correlación altamente significativa
con nivel de confianza > 99 %. |
Al llevar a cabo el análisis de varianza
anidado para definir la importancia de la distancia de muestreo en la
variabilidad de cada una de las variables analizadas, se obtuvo el peso de cada
una de las distancias de muestreo en la varianza (Cuadro 3). La Figura 3
muestra las gráficas acumulativas de la varianza para cada variable.
Cuadro 3. Porcentaje de la
varianza que le corresponde a cada una de las distancias de muestreo
estudiadas, establecido mediante un análisis de varianza anidado. |
||||
Fuente de variación |
Temperatura |
Peso planta |
Altura planta |
Diámetro flor |
Porcentaje
|
||||
Distancia 30 m |
20,96 |
21,56 |
20,20 |
35,44 |
Distancia 10 m |
28,99 |
5,52 |
18,88 |
0,00 |
Distancia 5 m |
1,14 |
0,00 |
0,00 |
0,00 |
Distancia 0,8 m |
18,54 |
23,76 |
34,53 |
28,79 |
Error |
30,37 |
49,15 |
26,39 |
35,77 |
Los
resultados del Cuadro 3 muestran que el error aporta la mayor cantidad de
variabilidad en casi todas las variables, excepto en la altura de la planta.
Teniendo en cuenta la magnitud de la varianza que aporta el error y que las
replicaciones utilizadas para establecer éste se hicieron con muestras
separadas por distancias de alrededor de 0,20 m, además de que como se observa
en la Figura 3, ninguna de las variables alcanza el 100 % de su variabilidad
antes de los 30 m, puede pensarse que la variabilidad de las propiedades
estudiadas en este trabajo (con las plantas, suelos y manejo específicos del
sitio) tiene un alto componente aleatorio y que, si existe alguna variabilidad
espacial en ellas, o ésta es de rango muy corto: estaría en distancias menores
a 0,80 m, o será de rango largo y estará actuando a distancias de más de 30 m.
Como
el largo de las camas de cultivo es de 30 m, la variabilidad espacial entre
camas, es decir aquella que actúa a distancias mayores a 30 m, debe ser
estudiada pues, en caso de que ella sea importante, su conocimiento podría
generar pautas para hacer un manejo por sitio específico (por camas) en el
cultivo.
El
hecho de que a distancias tan cortas como 0,80 m se acumule más de la mitad de
la variabilidad total de las propiedades evaluadas y que, por tanto, se
presente una alta variabilidad aleatoria de rango corto, sugiere que la
intensidad del manejo (Figura 4) que se hace en estos cultivos: laboreo y
vaporización del suelo, aplicaciones masivas de materia orgánica, agroquímicos
y fertilizantes, altas frecuencias de fertirriego,
todo aunado a la explotación bajo invernadero con el consiguiente cambio
ambiental de manera drástica, en lugar de homogeneizar las propiedades del
suelo que se relacionan directamente con la producción, las están tornando más
heterogéneas y variables, confirmándose lo que sostiene Ovalles
(1992) cuando dice que las propiedades que más se manipulan con el uso del
suelo son las que adquieren mayor variabilidad.
Resultados
muy similares a los encontrados en este trabajo fueron obtenidos por Lopera y
López (1997). Ellos observaron, en los primeros 15 cm del suelo en un cultivo
de Aster bajo invernadero, que el 53,46 % de la
variabilidad del pH se producía a distancias menores a 60 cm y que el 30,59 %
de dicha variabilidad se presentaba a distancias mayores de 30 m. También
encontraron que el 14,13 % de la variabilidad de la conductividad eléctrica se
daba a menos de 60 cm de distancia y que el 73,64 % se acumulaba a distancias
mayores a 30 m. Teniendo en cuenta que tanto el pH como la conductividad
eléctrica se relacionan con cantidad y calidad del crisantemo (Infoagro, s.f.a), se hace
necesario estudiar el efecto de estas dos variables en el comportamiento
espacial de la producción de este cultivo.
En la
Figura 3 llama la atención la diferencia de comportamientos que se presenta
entre las variables, con respecto a la influencia que tienen las distancias de
muestreo sobre su variabilidad. De particular interés es el comportamiento del
peso de la planta y del diámetro de su flor, ya que estas dos variables fueron
las que mostraron un mayor coeficiente de correlación lineal (Cuadro 2) entre
ellas y, sin embargo, sus variabilidades espaciales
no se relacionan en nada.
El comportamiento de la variabilidad observado permite recomendar que si
se van a utilizar las variables aquí analizadas con fines de predicción de
cantidad y calidad de producción, el muestreo para tomar la información básica
debe hacerse en forma aleatoria y que las variables deben caracterizarse con
sus valores promedios. Además, se deben hacer estudios de variabilidad espacial
a mayor escala, con técnicas geoestadísticas, para
definir si hay una semivarianza que esté actuando a
unas escalas diferentes a las del alcance de este trabajo
En este trabajo se observó que la temperatura superficial del suelo no
se correlacionó estadísticamente con ninguno de los atributos que definen la
calidad de las flores producidas bajo invernadero.
En todas las variables estudiadas se encontró una alta variabilidad en
distancias muy cortas entre sitios de muestreo (0,20 m), lo que sugiere que
puede haber una variabilidad espacial de rango muy corto o que esta
variabilidad es muy pequeña y que la variabilidad dominante es aleatoria. Este
comportamiento hace que las variables estudiadas se deban muestrear al azar y
que se caractericen con el promedio, cuando se vayan a utilizar con el fin de
hacer predicciones sobre la calidad de la producción de crisantemos en
invernadero.
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diseñada por Prof. Jesús Rafael Méndez Natera
TABLA DE CONTENIDO DE LA REVISTA CIENTÍFICA UDO
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